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conflicto, recuerdo y paz

Precisiones y retoques a la entrevista de Amador

Los tres grados de Rodrigo Rato

El 10 de octubre publicamos en Interferencias una entrevista con Juan Gutiérrez sobre el 15-M y la figura del enemigo. Llegaron muchos comentarios (al blog y por mail) y Juan pensó continuar la reflexión siguiendo su hilo. Porque el suyo no es un pensamiento acabado que pretenda zanjar la cuestión de una vez por todas. Muchas son las formas posibles de la enemistad y la hostilidad, por tanto el pensamiento sobre el problema del enemigo debe estar siempre en construcción, atento a las distintas situaciones, sin tener todas las respuestas de antemano. Así que aquí continuamos, con Juan y vuestros comentarios, preguntas y críticas, la exploración sobre la figura del enemigo.

Amador Fernández Savater

01/11/2012 – 09:41h

Protesta contra Bankia de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca)

Protesta de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca)

El enemigo y lo enemigo

Juan Gutiérrez: En primer lugar, me gustaría precisar que en la entrevista se distingue al enemigo real con su dimensión humana -quizá soterrada y también herida-, su capacidad real de hacer daño y su voluntad real de hacer daño, de la imagen de enemigo, vaciada de humanidad, con una capacidad de hacer daño desmesurada y una voluntad de hacerlo desmedida. Es la distinción que hice en la entrevista entre “el” enemigo y “lo” enemigo: la imagen de enemigo y aquello que nos daña.

Del adversario emana un peligro real para nosotros, los nuestros y lo nuestro del que tenemos que defendernos y para eso hay que medirlo bien. Tenemos que enfrentarnos, es decir contraponer -hasta en choque frontal si fuera necesario- nuestra voluntad a la del enemigo. Poner en la picota y en solfa su pretendida legitimidad. No faltaba más. Eso hace el 15-M con sus consignas de “no hay pan para tanto chorizo”, “lo llaman democracia y no lo es” o “no somos mercancías en manos de políticos y banqueros”. Ningún buenismo por tanto.

Pero creo también que el adversario no se reduce al acto de dañar (como nos hace creer la imagen de enemigo) y que podemos buscar lo humano detrás de la mano que daña. Me gustaría añadir que por humanidad entiendo la potencialidad de aportar a la vida común. Esta exploración de lo humano en el contrincante es tarea enrevesada. La humanidad del adversario no se muestra y se ofrece como un ramo de flores. El otro se presenta muchas veces como un ser dañino, que hace daño, que está dispuesto y decidido a hacerlo, e incluso alardea de ello. Por eso tiene mucha razón el comentario en el blog que dice: “resulta difícil explicarle a un chileno que la mano de Pinochet no era Pinochet”.

Los rasgos humanos del contrincante no se ven si no determinan su comportamiento y se manifiestan en su actitud. Están soterrados, inoperantes. ¿Cómo pueden activarse? Una manera puede ser punzar al otro. La exploración de la humanidad del otro puede consistir en una intervención que implique cierto dolor, pero que agite, despierte y sobresalte la humanidad soterrada del otro. Una intervención que puede ser pública, expresiva y comunicativa para que, además de doler, avergüence.

Rodrigo Rato entre desahuciados

Voy a imaginar un caso, al hilo de una de las preguntas que he recibido: “¿Cómo castigar distinguiendo “el” enemigo de “lo” enemigo? Pienso en Rodrigo Rato por ejemplo”.

En el 15-M se pide castigo para Rato, que no quede impune. Pero, ¿tiene una concepción distinta del castigo o asume la que hay? Si el 15-M encarna otra visión del mundo (como yo lo creo), pienso que también debe tener una idea diferente del castigo.

Le pasé la pregunta a un amigo que conoce bien lo que es el castigo penal porque le ha tocado sufrirlo. Su primera respuesta fue que el castigo impuesto por la justicia es cosa mala porque pone al castigador por encima del castigado y rompe su voluntad, con lo que no la educa. Le dije que me diera una respuesta no tan filosófica, sino más acorde con la realidad en que vivimos. Retomó así el tema y me dijo: el castigo tiene que doler, pero no dañar.

Punzar la humanidad del otro pero no negársela, entendiendo por humanidad esa potencialidad de aportar a la vida en común. A Rodrigo Rato hay que pincharle para que se entere de lo mal que ha actuado. Porque él no sabe lo que ha hecho. Ha actuado con responsabilidad hacia los grandes inversores que ponían las fortunas a su disposición, pero no hacia la gente común que le confiaba sus ahorrillos. Con seguridad piensa que el hecho de que los hayan perdido es un daño colateral, debido a los malos tiempos que corren. Así que, ¿cómo hacer que a Rodrigo Rato le duela lo que ha hecho en su humanidad, pero sin negársela ni neutralizar lo que aún puede aportar a lo común?

En el cumplimiento de condena se pasa por tres grados: el primero es el más duro, en el segundo ya no estás tan encerrado y, si te portas bien, en el tercero estás ya más fuera que dentro y retomas incluso tus quehaceres normales. Además, hoy en día hay jueces que más que a reclusión condenan a realizar trabajos sociales reparadores del daño causado por el delito.

Así que lo que procede es condenar a Rodrigo Rato a pasar su primer grado de condena día y noche entre desahuciados. Por ejemplo en una de esas casas que el 15-M ha ocupado y abierto para las personas desalojadas de sus hogares. Como uno más y sin salir de ese entorno ni para respirar no menos de tres meses, para que ese sufrimiento le haga entender el mal que ha causado: las consecuencias de sus decisiones, lo que han generado sus acciones.

Rato debería pasar luego en segundo grado a asesorar a los desahuciados con los que malvive para deshacer el entuerto de sus desahucios. Para ese asesoramiento cuenta con muchos saberes que otros no tenemos. Los puede aportar a lo común, el castigo no debe privarnos de ellos. Y en su tercer grado, Rodrigo Rato volvería a ser una figura pública de primera dimensión, pero ahora como portavoz de los mismos desahuciados y sin despegarse de ellos, siempre a su servicio.

Eso es lo que recogí del amigo. Lo más importante aquí no es la forma de castigo en concreto (podríamos imaginar otras cuando llegue el momento), sino la idea de que el castigo tiene que punzar y doler en lo humano, pero no dañar. Y también de que al encontrar la humanidad del otro, no la encontramos « sóla, fané y descangallada« como canta el tango, sino enriquecida con tesoros que se pueden aportar a lo común.

Enemigo difuso y patente

Otras preguntas interrogan qué pasa cuándo el enemigo es una estructura: “¿Qué ocurre en los casos donde el otro es abstracto, está desdibujado o difuso, ¿dónde buscar entonces la humanidad común?”

Para distinguir entre el enemigo difuso y el patente, me guío por la distinción ya clásica que hizo a principios de los 90 Johan Galtung entre conflictos directos, estructurales y culturales. Aunque es bastante esquemática, resulta clarificadora. Si te dan una puñalada, el conflicto es directo y hay una mano del enemigo que empuña el puñal. En cambio, si te desahucian de tu piso hay una ley, una sentencia y un poder ejecutivo detrás, el conflicto es estructural y como tal esconde lo humano en el lado desahuciador, sólo queda visible en el lado del desahuciado con su dolor y daño. (Parecidos son los conflictos culturales, por ejemplo el racismo frente a los gitanos)

Las estructuras y culturas se sostienen en grandes enjambres de seres humanos que las construyen, las hacen funcionar y/o simplemente las asienten, con lo que las legitiman. El enjambre hace todo eso ignorando, en todo o en parte, lo que ocurre en su interior y lo que producen en su exterior. Tomemos por caso la ley que entró en vigor hará unos doce años que exige que los latinoamericanos tengan que tener una visa para venir a España: ¿por qué intereses no existía antes y existe hoy? ¿Cómo trata a la dignidad de los hijos de la madre patria? Eso ni se lo pregunta ni se lo trata de contestar el enjambre de seres humanos que mantiene en vigor y aplica la ley.

A toda esta buena gente que sostiene, mantiene y legitima por activa o pasiva la estructura o cultura que estrangula o mutila la dignidad humana, lo que hay que hacer es mostrarle públicamente ese daño, los motivos ocultos y sórdidos sobre los que se sostiene la estructura, y compartir las tentativas, lógicas y dinámicas que tratan de transformar culturas, estructuras y comportamientos para que sean más humanos. De nuevo: punzar para espabilar.

Conviene constatar y celebrar el desmantelamiento del enjambre humano sostenedor de estructuras en parte negadoras de la humanidad común: por ejemplo, celebrar que personas de las fuerzas del orden, cuando no están en servicio forzado, se sumen a manifestaciones contra la inhumanidad de ese orden, como está pasando gracias al clima 15M.

En resumen, los conflictos estructurales requieren mucha gente y mucho tiempo para transformarse.

7 Comentarios

  • #1 Milton | 01/11/2012 – 11:33h

    Excelente castigo, pero para ello Rato debería tener conciencia y empatía. El verdadero enemigo es su ideología donde nace el paradigma que quieren imponer, ese neoliberalismo y randianismo es lo que debemos extirpar de nuestro mundo, ajeno a nosotros no debemos aceptar que se lea y cuente el mundo en sus términos. Rato dijo «las cosas no son malas cuando ganan dinero» Neoliberalismo la teología de un dinero enfermo http://t.co/5n8hxyKq

  • #2 veter1 | 01/11/2012 – 12:06h

    Decía un amigo que detrás de un canalla cretino siermpre hay un enfermo. Para el caso da lo mismo que detrás o debajo haya una naturaleza no dañina que pueda eventualmente ser rescatada. También decía mi amigo, y estoy de acuerdo, que lo primero es defenderse del cretino como tal porque sino, mientras lo trato como un enfermo o como algo rescatable, ya me dió la puñalada. Con todo lo que hay para hacer, no se si merece la pena dedicarle tiempo a dialogar con Rato o similar.

  • #3 ateo | 01/11/2012 – 19:02h

    Todos los avaros banqueros deberían estar encarcelados a la espera de juicio. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2012/05/breve-reflexion-dominical-sobre-la.html

  • #4 Dexys | 01/11/2012 – 20:20h

    El problema es que ellos pueden hacer lo que quieran y tú tienes que cumplir unas leyes para las que jamás te han consultado. Ellos ejercen el poder y hacen las leyes, los demás aplaudimos. Lo siento pero esto es un conflicto y en los conflictos hay lados. Ellos tienen muy claro el suyo, ya dijo el famoso Buffett aquello de que sí, hay lucha de clases y la suya va ganando. Ellos lo tienen muy claro y no se comen la cabeza. Actúan.

  • #5 kiti | 02/11/2012 – 07:44h

    Hay un par de cosas que me resultan problemáticas: (a) lo humano como algo a ser rescatado en el otro de entre lo no humano (¿lo inhumano?) que lo domina (b) la propia relación de lo humano con ese ‘enjambre humano’ del que habla. Existe un sentimiento moral muy ‘inhumano’ que está ampliamente extendido, unos dicen que porque se lo promociona en exceso y otros que porque es consustancial al ser humano: el interés propio. Y existe una evolución muy interesante de la consideración social del término durante toda la modernidad (por lo menos eso dice Albert Hirschman en su interesantísimo ‘las pasiones y los intereses’). Sin dejar de ser nunca una pasión ‘inhumana’ el interés propio pasó de ser considerado negtivo para el bien común a ser considerado como positivo, debido a la acción de la ‘mano invisiible’. ¿Existen pasiones inhumanas cuyos resultados globales (en enjambre) son humanos? ¿Hasta dónde deben ser promocionadas tales pasiones inhumanas? ¿qué límite les debe ser impuesto? Y respecto a la parte del castigo humanizador ¿No es necesaria cierta ‘inhumanidad’ por parte de las instituciones que imponen los castigos? Porque muchas veces el reo no comparte el diagnóstico de lo que sobre él debe ser hecho.

  • #6 Dexys | 02/11/2012 – 12:37h

    Personalmente ni practico ni aconsejo métodos como los que se emplearon contra Zara y Apple o el otro día. Pero, desde luego, no pienso condenarlos tampoco. Aquí de lo que hablamos no es de hacer ninguna revolución ni de cambiar el mundo, ojalá. Lo que está fraguándose desde hace un año al menos son movimientos defensivos, de resistencia a los traficantes de esclavos. La oligarquía ataca al pueblo y hay gente que se defiende, con unos métodos u otros. Y para mi eso es puro instinto, tan humano como el mismo instinto de supervivencia. Y que yo sepa, a los que veo sangrar generalmente no es a los defensores de la esclavitud ni a la mayoría silenciosa que callando otorga. De momento, prácticamente toda la «violencia» contra las personas viene de la gente de orden, como les gusta llamarse. Repito que ni por carácter ni por conciencia digamos política estoy a favor del uso de la violencia. Pero desde luego no voy a criminalizar a las víctimas en nombre de un consenso o una supuesta comunidad de valores que intenta «igualar» a los agresores y a los agredidos. No. Esta es una situación de conflicto y hay que tomar postura. No estábamos preparados para ello, ni por educación ni por sensibilidad, pero es lo que hay.

  • #7 Quesiestoylotro | 02/11/2012 – 12:55h

    Brillante, sencillísimo y muy necesario, lo que dice este señor.

 

Retoque 4.Noviembre

Los comentario críticos que esta posdata ha recibido me ha ayudado a asentar lo que escribí en la postdata que ha publicado «diario.es» la semana pasada. Al plantear en ella que a Rodrigo Rato se le castigue haciéndole pupa sin hacerle daño, me desmarqué de la realidad en que hoy estamos, con lo que ese planteamiento tiene algo de ensoñación. Igual que hoy la ciudadanía no es aún capaz de gobernarse a sí misma, tampoco es aún capaz ni tiene el poder de ejercer por sí misma una justicia democrática que castigue como es debido, no puede tomársela por su mano y tiene que presionar a los mecanismos de justicia del Estado para que aplicando la ley vigente den un buen castigo y merecido a alguien como Rodrigo Rato.

Si, como parece, puede demostrarse ante el tribunal correspondiente que Rodrigo Rato con sus tejemanejes ha despojado a la gente  de ingentes cantidades de dinero que necesitan para cubrir sus necesidades, incluso las más básicas, tiene que ser condenado a varias cosas: -a restituir de su bolsillo todos esos dineros, con lo queda vacío antes de alcanzar el 1%; -a que quede inhabilitado para ocupar cargos como los que le han permitido esa actuación criminal; -a ir a la cárcel por el tiempo que le corresponde según la gravedad de sus delitos. O sea que R.R. se quedaría sin perras, sin cargos y sin libertad. Faltaría más.

Esa es la ley y no podemos esperar a que se cambie para aplicarla a R.R..

Pero si que podemos presionar para que esa ley al aplicarse eduque y prepare para la reinserción ciudadana del condenado, que es lo que esa misma ley declara solemnemente que es su misión. Y aquí entra lo que recogí de mi amigo en la posdata: Hoy hay ya jueces que condenan a realizar trabajos «reparadores», y hoy se pasa por tres grados en el cumplimiento de sentencia.

Así que por mi parte, hago este cambio.

COMENTARIOS

Aquí se adjuntan los 21 comentarios -enviados a diario.es- a la entrevista que me ha hecho Amador Fdez. Savater y publicado en ese diario el 15/10/2012, que está como post 11 en este blog.

Me parecen sumamente interesantes, que merecen que entablemos diálogo con sus autores. Por eso espero pronto poder hacer una entrada más en este blog.

#1 unsuenioenorme | 10/10/2012 – 11:23h
Correcto! …y una cosa «¿por qué la paz y no la guerra?» Hay una respuesta evidente: por pura inteligencia, social e individual; por mero interés personal y colectivo; es imposible garantizar la victoria en una guerra; quizá incluso sea imposible ganar una guerra. Sobre la maldición de Hegel, aún no se ha podido verificar; lo más que ha alcanzado la ciudadanía es a decidir quién no nos gobernaría; y ni siquiera en cuanto al sistema, sino tan solo a individuos concretos.

#2 JoseIgnacio | 10/10/2012 – 11:35h
Me ha gustado mucho. Una de esas raras ocasiones en que alguien pone las palabras adecuadas a algo muy escurridizo, y todo cobra sentido. Muy recomendable.

#3 unsuenioenorme | 10/10/2012 – 11:44h
Vistas las aparentes diferencias entre partidos políticos, su enemistad personal, su directa rivalidad, me pregunto si no sería mejor para todos conformar distintas sociedades que, aunque compartiendo ámbito geográfico, sean independientes entre sí en lo político y en lo económico; materializar efectivamente esas diferencias.

#4 veter1 | 10/10/2012 – 11:54h
El poroblema de la violencia / no violencia es un clásico. Resulta dificil explicarle a un chileno que la mano de Pinochet no era Pinochet. Que buscar lo bueno en él es posible. Lo que es seguro es que la búsqueda no es suicida y más fácil después de muerto. No quiero combatir el punto de vista del articulista porque tampoco tengo alternativa. Los esfuerzos de Said y Barenboim no me parecen propios de almas de cántaro sino, por el contrario admirables y entrañables, al menos desde un punto de vista europeo. Ahora bien, con ellos o con las intifadas Palestina tiene la pinta de tener que esperar otros cincuenta años más. Con muchas solidaridades, pero…

#5 JavierQQ | 10/10/2012 – 12:33h
Sí, tiene razón: convertir al que está enfrente en un simple enemigo solo posibilita, en el mejor de los casos, una mera alternancia. Se va él y me pongo yo en su lugar. Esta otra dialéctica, más transformadora, creo que es la única realmente posible (para construir un mundo mejor, que éste está hecho unos zorros)

#6 JavierQQ | 10/10/2012 – 12:33h
Sí, tiene razón: convertir al que está enfrente en un simple enemigo solo posibilita, en el mejor de los casos, una mera alternancia. Se va él y me pongo yo en su lugar. Esta otra dialéctica, más transformadora, creo que es la única realmente posible (para construir un mundo mejor, que éste está hecho unos zorros)

#7 JavierQQ | 10/10/2012 – 12:38h
De acuerdo, veter, pero las intifadas no funcionan por otros motivos: Norteamérica no quiere. Si fueran más violentos aun sería peor (para ellos). Said y Baremboin son (era el primero) incomparablemente más fuertes, en cuanto a su determinación y posibilidad de éxito futura, que el gobierno de Israel

#8 rostrocentauro | 10/10/2012 – 13:50h
Me parece un discurrir sumamente interesante y sugestivo. La eliminación del otro sólo funciona intelectualmente, es una ficción. Cuando queremos salir de nuestro pensamiento y volver a vivir y al mundo, incluso cuando el mundo se parezca más al que deseamos, el otro todavía estará ahí, como el dinosaurio del cuento de Augusto Monterroso. Gracias por esta entrevista.

#9 wibbly-wobbly | 10/10/2012 – 14:40h
Imbatible! Irrebatible! Fan número 1

#10 carambola | 10/10/2012 – 15:21h
Compañero, en tu primera pregunta pones en la boca del 25 S, lo que solo sale de tu boca y así no cabe hacer sociología. Tu pregunta es: ¿hay algo humano que buscar en el otro lado o sólo hay hijoputas y criminales?. La respuesta es obvia » en el otro lado no solo hay hijoputas y criminales» Pero quería compartir con tigo algunas reflexiones En primer lugar quería recordarte que el 15 S estuvo en la comisión organizadora del 25 S, por si lo hubieras olvidado. Entonces te preguntaría ¿El 15M- 25 S es o no el el desarrollo lógico de ideas matrices 15 M contenidas en las célebres frases: «Le llaman democracia y no lo es» y «Que no nos representan»?. Te hago la pregunta porque pienso que algunos antiguos 15 M, arrastrados por las luchas sindicales, que ven que también en los patronos hay algo humano, se han olvidado de los planteamientos 15 M. Lo que no es el 25-S, desde luego, es lo que dice el encuestador, o un amigo de él, perdón, «que entre el 15-M y el 25-S hemos pasado del «no nos representan» al «a por ellos»- Otro que pone en boca de otros lo que solo sale de la suya. Eso es poco honesto, compañero. Lo único que hizo y hace el 15M – 25S, es recordar a todos «que le llaman democracia y no lo es» y «Que no nos representan, que, no que no» Nadie apreció que los manifestantes fueran violentos, salvo la dirección general de policía y algunos otros pringaos. Las encuestas dicen que el 77% de los madrileños comparten los puntos de vistas del 15M-25S y es que el 15 M – 25S es una invitación seria a todas las asambleas de barrio y otros colectivos sociales a pensar el tipo de organización social que queremos, y tengo entendido que ahí están. También quiere el 15M-25S que dimita Rajoy, que seguro que tiene aspectos humanos, algo que es generalmente deseado por la población, como dicen las encuestas ¿vosotros no? La contestación a la segunda pregunta la dejo para otra ocasión, si la hay, porque me he alargado mucho y esta a punto de agotárseme el espacio. Gracias.

#11 carambola | 10/10/2012 – 15:34h
Voy a contestar brevemente a la seguna pregunta de Juan Gutierrez, , pues me temo quesi no, no lo voya a hacer nunca. En mi contestación a la primera pregunta ya hay algo avanzado para la contestación a la segunda, cuando se dice que son las asambleas y colectivos sociales los que pueden iniciar esta construcción del marco social y jurídico que deseamos. ¿No es mejor eso, que dejar el futuro en manos de los consabidos capacitados pra ello o los consabidos reprentantes? Por otro lado ¿Quién habla de tomar el poder? ¿el 15 M – 25 S? Quizás seas tu el que tengas eso en mente porque te sientes capacitado para ejercerlo ¿o no? Lo que parece ser que está haciendo el 15M- 25 S es construir propuestas, pero no solo sobre reivindicaciones puntuales, sino sobre el marco general en que debemos movernos socialmente. En cualquier caso quiero cabarexpresándote que lo que peor llevo es la deshonestidad intelectual. Gracias

#12 kiti | 10/10/2012 – 18:58h
Dice cosas muy sabias, de acuerdo… y la imagen del erizo es entrañable. Además es bueno ser bueno y malo ser malo, evidente. Pero debemos problematizar tb nuestra propia persona. Una púa puede hacer mucho daño fuera de lugar. Por otra parte el mundo funciona por el concurso de las pasiones (Antonio Damasio). Y nuestra sociedad se sustenta sobre la promoción de unas sobre otras. No sé muy bien qué decir al respecto: ¿es posible una sociedad sin ambiciones, envidias? ¿Podemos ver al otro tal cual es? ¿existe un fondo verdadero, más humano y de peluche, al otro lado?

#13 Alvaro Garcia | 10/10/2012 – 20:55h
¿Quién le disputará al parlamento el monopolio de la representación política? Desde luego no parece que vaya a ser una vanguardia iluminada, sino un ágora ambulante que rescate para la deliberación política aquellas cuestiones que no entran en el orden del día de la política oficial. La vocación del 15 M no es la de ser una milicia de iluminados para la conquista del poder, sino que se propone recuperar un espacio político genuino allí donde hay un espacio político más o menos simulado. En ese contexto, es a las ideas del adversario, a su entendimiento y no a su cráneo, a lo que debemos apuntar. Decía Cortázar que hay que cambiar la vida sin moverse de la vida; y en este sentido, el 15 M – 25 S debe ser el exorcista que exorcice los demonios de esta sociedad… sin matar a la niña.

#14 Volia | 10/10/2012 – 22:28h
El enemigo si existe, es esa casta de privilegiados, el 1% del que tanto se habla, la «élite de Davos»… y las consecuencias de sus poíticas las notamos cada vez con más crudeza. Podemos seguir esperando hasta que nuestros cuerpos ya no aguanten una nueva vuelta de tuerca, o… reaccionar aún siendo conscientes de que la relación de fuerzas nos es desfavorable por el momento. Ningún movimiento transformador de largo recorrido (como pudiera llegar a ser el 15M) debe renunciar a victorias concretas en el corto plazo. Deconstruir la imagen de enemigo recibiendo hostias (físicas también) por todos los lados no es suficiente, hay que pasar a la ofensiva de manera estratégica, sabiendo las fuerzas con las que se cuenta, de manera noviolenta pero sin renunciar al conflicto ni a la autodefensa… Ya es hora de que ellos, ese 1%, también pase miedo, que sientan que sus privilegios están en peligro.

#15 Milkhouse | 11/10/2012 – 09:41h
El 15M es un movimiento, no un partido, como tal, en el nos unen ciertos rechazos y algunos deseos, no existe un programa de gobierno 15M, yo participé intensamente al principio pero algunas actitudes como no votar o que todos los políticos son iguales no las compartí y por eso me mantuve al margen, aunque creo que es necesario y creativo para introducir en el pensamiento crítico a mucha gente que nunca había reflexionado sobre asuntos públicos.

#16 Oso Guanoso | 11/10/2012 – 09:46h
Bajemos a los casos reales y no a los rodeos teóricos donde tan cómodo se encuentran los activistas de sofá: 1º. Tienes a un compañero al lado que están le dando porrazos (ya le has visto recibir porrazos en los últimos meses) ¿te quedas con las manitas levantadas al cielo gritándole al policía o le ayudas a quitárselo de encima? 2º El mismo caso que antes, pero esta vez una manada de policías se ha empeñado en detenerlo injustificadamente por estar en el lugar que no tocaba ¿vas a dejar que se lo lleven o vas a intentar quitárselo de las manos para intentar devolverlo a la masa? 3º Tenemos un cordón policial en frente, un pulso de poder que nos dice qué espacio debemos ocupar y cual no (permitimos hacernos gestionables), ¿por qué no intentar atravesar el cordón policial para conseguir una pequeña victoria con nuestros cuerpos? No estoy diciendo que el fin sea el cordón policial en un principio, sino lo que hay más allá, es decir, el objetivo es atravesar el cordón, no reventarlo. ¿No requerirá una primera fila defensiva para conseguir ese objetivo y así poder hacer frente a la presumible carga de la policía? ¿o es preferible convertir todo evento en una concentración frente a un cordón policial? 4º Los tres casos anteriores es lo que se vio en Egipto, tanto para llegar hasta la plaza Tahrir hasta para después protegerla. Si se prefiere, incluso, en la plaza de Mayo la gente tuvo que actuar así para hacer dimitir a De la Rua. 5º Peor aun, cuando la facción más aborrecible del 15M comienza a señalar a compañeros diciendo que son «infiltrados», sólo porque deciden actuar siguiendo la lógica de los puntos anteriores, ahí ya no queda nada de «inclusivo». En la Plaza Tahrir los que defendían de la policía se ponían en primera línea y el resto se protegía detrás a varios metros, pero avanzaban juntos… esto es lo que aun nos queda por aprender.

#17 unsuenioenorme | 11/10/2012 – 10:16h
Creo además que habrá también que deconstruir al amigo, para terminar de separar a las ideas de las personas.

#18 snaporaz | 11/10/2012 – 14:21h
«A mí me gusta pensar el 15-M como un erizo. Carne tierna y púas infinitas». Cuenta Plinio, naturalista y militar romano, que la «carne del erizo es suculenta siempre que el animal sea matado de golpe seco» (DRY PUTSCH) «sin darle tiempo a que se orine».

#19 Wilma | 12/10/2012 – 00:56h
Una entrevista muy interesante

#20 SoniaCapilla | 12/10/2012 – 10:54h
Entendería mucho mejor este discurso amatorio si fuera acompañado de una actitud autocritica o de una petición de disculpas… o de un honrar al enemigo. Sí, porque sé que cenar miedo puede ser muy indigesto pero también es indigesto sentirse enemistado con quien la emprendió contra nosotras de una forma tan notoria y en nuestro momento más vulnerable. Sé que sólo depende de lo bien que sea capaz de hacer mi trabajo presente que vaya o no a tener un trabajo futuro, y a veces ni con esas, no necesito además sentirme demonizada por quienes desdeñan nuestra labor aunque ni siquiera aceptan la invitación a compartirla. Mi labor y también la de mis compañeros, también la de los guapos y famosos que tantas veces les toca poner la cara por todos nosotros. Lo agradecería de verdad, me sentiría muy honrada si el discurso teórico viniera acompañado de la acción. Gracias.

#21 amadorfsavater | 12/10/2012 – 14:26h
#20 Hola Sonia, no entiendo muy bien tu mensaje, pero si quieres que hablemos algo puedes escribirme a amador@sindominio.net

Entrevista en eldiario.es – «El 15-M deconstruye las imágenes de enemigo»

El pasado 10 de octubre Amador Fernández-Savater publicó en Interferencias, el blog que comparte con Stéphane M. Grueso en eldiario.es, una larga entrevista que me realizó sobre la imagen de enemigo en el movimiento 15 M, la situación política actual, lo movimientos no-violentos y mucho más.

Adelante con la lectura y bienvenidos sean vuestros comentarios.

¿Qué es la imagen de enemigo?

Mejor responder qué hace. La imagen de enemigo pone y quita. Le pone cuernos y pata de chivo al otro. Es decir, le añade cosas. En primer lugar, la capacidad de dañar: el otro tiene una capacidad casi ilimitada de dañar. En segundo lugar, la intención de dañar: tiene toda la intención del mundo de hacerlo. De hecho no tiene siquiera interés por sí mismo, le mueve exclusivamente el deseo de hacer daño. Se decía por ejemplo que a Sadam Hussein sólo le movía el deseo de bombardear Israel. Pero Hussein se preocupaba por su propia vida y sabía que si bombardeaba Israel le mataban a él de vuelta. Un estratega siempre se pregunta «con mi acción, ¿qué me vuelve?» La imagen de enemigo presenta al otro como pura voluntad de hacer daño. Parecería que es lo único que le complace y le mueve.

¿Y qué le quita?

La imagen de enemigo vacía lo humano en el otro. Le deshumaniza, le saca todo el contenido humano. El otro, visto a través de la imagen de enemigo, no quiere a nadie y nadie le quiere a él. Por ejemplo, un piloto que bombardea no distingue seres humanos, porque mira a los que corren por debajo con la imagen de enemigo interpuesta. No advierte que si mata a una madre hay un huérfano que pasará toda su vida marcada por eso. Sólo percibe seres dañinos, no el sufrimiento que causa con su acción. Como el otro es pura voluntad de hacer daño, quien le liquide será un patriota y defensor de la humanidad. Ese es el motor de la «fe ardiente» de la que hablaba el presidente húngaro Andras Hegedüs, que fue primero firmante del Pacto de Varsovia y luego se hizo disidente y sociólogo.

Pero sí que hay enemigos, hay quien hace daño.

Podemos distinguir entre «el» enemigo y «lo» enemigo. Una forma plástica de explicarlo sería la siguiente. Ante la mano que mata o mutila a otros puede haber dos actitudes: oponerse a lo que hace la mano, pero buscar lo humano en el cerebro o el corazón; o juzgar al otro sólo por lo que hace la mano. Como la mano hace una cabronada, es un cabrón. Como la mano comete un acto de terror, es un terrorista. Y sólo nos queda tirarlo a la basura lo antes posible. La imagen de enemigo es este acto de vaciado y de reducción. Pero también podemos buscar lo humano detrás del acto de inhumanidad. Constantemente nos encontramos gente que ha actuado con la mayor inhumanidad, pero luego tiene una dimensión humana en otra dirección.

¿Y si no hay otro? Quiero decir: ¿y si el enemigo es más una lógica (de poder o de explotación) que un ser humano?

Puede haber leyes inhumanas, como por ejemplo ahora la que niega la atención médica a los inmigrantes. «Lo» enemigo entonces es una estructura. Ahí no es posible buscar lo humano en el otro, porque lo humano está en los humanos y no en las estructuras. Otra variante: recuerdo a un amigo que vivía en Belfast y tenía familiares muertos en ambos lados, católico y protestante, irlandés y británico. Él me decía siempre: «el enemigo es la situación de hostilidad». Esto es, no el otro, sino la dinámica que existe entre ambos y nos enfrenta. El Acuerdo de Paz de Viernes Santo transformó la situación y quitó un gran obstáculo a una convivencia que aún está por mejorarse. En todos los casos la distinción entre «el» enemigo y «lo» enemigo sigue funcionando, ya sea lo enemigo una estructura, una dinámica o una acción.

Pero tanta complejización de la figura del enemigo, ¿no puede aguar y diluir la justa crítica a la violencia y la opresión?

Se trata de ser firmes en la crítica, pero honrando al otro. Mantener esa tensión. ¿Qué quiero decir? No podemos ser diplomáticos. La diplomacia esconde el conflicto, lo tapa. El mal que está generando el otro hay que decirlo y denunciarlo, pero usando la distinción entre el mal y la persona. Le puedes decir a una madre que su hijo está enfermo y que tal y como lo cuida lo va a matar, pero no «usted no quiere a su hijo, no es un ser humano». Distinguir entre la persona y el problema, porque el otro siempre es más de lo que está atado al problema en cuestión (aunque a veces se ate tanto que parezcan lo mismo). Siempre hay vetas donde aparece lo humano si lo buscas.

¿Qué hacemos entonces con la definición clásica de la política como distinción entre amigo y enemigo?

Primero cuestionar que sea la única definición posible. La acuñó el jurista Carl Schmitt para calificar la política de Hitler: «el que no es mi amigo es mi enemigo». Bush dijo lo mismo tras el 11-S y daba miedo escucharle. Para mí la política es el arte de gobernar. ¿En qué medida se necesita al enemigo para gobernar? Desde luego se ha usado y se usa todo el rato como recurso. Está muy metido en nuestra educación, desde la infancia con el coco: usar una imagen de enemigo para provocar o modificar un comportamiento. Pero puede haber políticas sin construcción de enemigo. Políticas que no ignoren la existencia de conflictos, pero que los aborden de modo que no tenga que haber vencedores y vencidos. Mors tua vita mea, se decía en el Imperio Romano. Tu muerte, mi vida. Es una forma de hacer política, pero no la única.

¿Pero de qué otra forma se puede transformar la realidad?

Me gusta mucho citar el ejemplo de Mandela. Mandela decidió y organizó la lucha armada contra el apartheid. Lucha armada, no hablamos de cualquier cosa. Pero él, como portavoz que era de la «Carta de la Libertad» elaborada durante más de un año por un millar de miembros del Congreso Nacional Africano, dirigía siempre este mensaje a los blancos: «no queremos que os vayáis de África del Sur, sabemos reconocer y valorar todo lo que habéis aportado al país. Lo que queremos es que nos miremos a los ojos en igualdad. Os damos la mano, pero primero hay que hundir la estructura que nos divide». Mandela no quería tirar a nadie a la basura, pensaba que su país se podía enriquecer con la presencia de los blancos una vez derrumbado el muro del apartheid. Su gran enseñanza no es tanto que siempre y en cada situación haya que ser noviolento, como que se trata de abrir una vía en todo lo que haces para honrar al otro. Incluso diría que esta vía es más realista y efectiva a largo plazo.

Explícame mejor esto último.

Mientras estaba preso, Mandela se hizo amigo de uno de sus carceleros. Honrándole y no tratándole como enemigo, encendió su humanidad e hizo que se saliera del carril donde estaba y se pasara a su lado. No fue el único caso. En el juego de espejos de la imagen de enemigo no se genera nada, los reflejos se reproducen al infinito. Es el famoso chiste del humorista Pierre Desproges: «El enemigo es tonto: cree que nosotros somos el enemigo, ¡cuando el enemigo es él!» Proyectando imagen de enemigo chocas con lo que tú mismo has puesto ahí, un escudo que tapa la humanidad del otro y alienta su respuesta destructiva. Mandela consiguió atravesar ese escudo y encontrar al otro como ser humano. Entonces, las palabras que salían de su boca (y que no callaban ninguna crítica) le llegaban a su carcelero cargadas de mucha más fuerza porque le interpelaban como ser humano. Si no hay imagen de enemigo de por medio, es posible afectar, tocar al otro, hacer un engarce con él.

¿Ves al 15-M en esa línea?

A mí me gusta pensar el 15-M como un erizo. Carne tierna y púas infinitas, la dimensión acogedora e incluyente y los noes. La púa mide la realidad desde el trato que recibe mi dignidad humana. ¿Esto asfixia o estrangula mi dignidad? Entonces saco una púa para pincharlo y respirar libremente, con independencia de si tiene su objetivo a cinco centímetros o tiene que cruzar tres galaxias (la dación en pago o la autogestión). El mismo nombre «indignados» arranca de la palabra dignidad. El 15-M define la realidad desde la dignidad, no en qué medida la llevo dentro, sino cómo la encuentro encajonada, maltratada y herida por los poderes que manejan el mundo. E invita a cualquiera a sumarse como uno más partiendo de las heridas que cada cual sufre en su dignidad. Esto se vio claro en las marchas a Madrid desde provincias en junio 2011 que iban recogiendo los diferentes agravios en asambleas por los pueblos y el campo.

Se dice que el 15-M es un movimiento muy light, que no ha cambiado nada y que, «con la que está cayendo», necesitamos otra cosa.

Bueno, decir que la labor negadora del 15-M no existe, que es un movimiento tan inclusivo que funciona sin noes, que es una mermelada y que ya no estamos para mermeladas, es algo muy corto. Las púas del 15-M han dicho «no» a lo que hay y un no tan incisivo que ha hecho que instituciones protegidas por una membrana desde hace décadas como la monarquía, el Parlamento o el sistema de partidos estén descubriendo ahora todas sus miserias y todo el mal que se genera desde ellas. Hace falta una capacidad importante de ignorar la realidad para decir que el 15-M no ha cambiado nada. Lo que ocurre es que las púas del 15-M no chocan y se embotan con la imagen de enemigo, sino que apuntan a lo inhumano sin negar la humanidad en el otro, sino abriendo vías para explorarla y encontrarte con ella. El 15-M no convierte en enemigo aquello que rechaza.

Explícame eso más concretamente.

Pienso por ejemplo en la noviolencia ostentativa, alegre y activa del 15-M. No se trata ya de la noviolencia ghandiana. La ghandiana era masoquista subida. No de un ciudadano que goza de la vida, sino más bien de un faquir que dice: «no causo sufrimientos a otros, me los trago y hago ostentación de los sufrimientos que me trago». La noviolencia del 15-M nace distinta, es una mutación que reinterpreta todo un legado histórico. No es sólo para los que tengan el «alma grande», sino para cualquiera. No es para pocos, sino masiva, oceánica. Se mueve en el anonimato lo cual significa, no que aparezcamos todos desdibujados, sino que la riqueza humana no se la apropia una figura sobresaliente que empequeñece a las demás. Es una noviolencia que cruza incluso guiños de complicidad al otro lado de las barreras policiales. Y que se dirijan a ti como a un ser humano y no como a un enemigo, eso sí que duele.

Pero la policía responde a porrazos. ¿Qué hacemos con la violencia que viene del otro lado?

La noviolencia no debe separarse de la violencia, sino esforzarse por entenderla (que es algo distinto a justificarla). Hay que entender lo que mueve a los antidisturbios a actuar, lo que pesa sobre ellos. Recuerdo en una manifestación del 15-M a una chica que gritaba a la policía: «sois como nosotros, uniros». No es verdad. El 15-M dice «sin casa, sin curro, sin miedo». Pero al policía, si le dan una orden y no la cumple, igual le echan, se queda sin trabajo y sin sueldo. Hay que entender las razones que impiden al otro sumarse a ti, entender cómo ha llegado hasta dónde está, sus valores, etc. Eso pasa por quitarle la imagen de enemigo. Es la única forma de tejer alguna complicidad aunque sea mínima y pase sólo por pequeños gestos, actitudes y miradas. En el enfrentamiento más duro se pierde todo eso, porque sólo hay imágenes de enemigo por todas partes. Y golpear a un enemigo es siempre mucho más fácil que golpear a un ser humano.

Pero la noviolencia del 15-M no ha conseguido parar los recortes.

¿Y la lucha de los mineros sí? Una forma falsa de definirse como realista es decir que el otro ha perdido contacto con la realidad. A veces hay objetivos que no son alcanzables a corto plazo, ni por las buenas ni por las malas. Decir que por las buenas no se consigue no es una razón, habría que ver qué se consigue por las malas. La violencia siempre se ha justificado de ese modo: «no sirven las cosas pacíficas, hay que meter más energía, meter la propia vida, amenazar la del otro». Pero está por ver que así se sea más eficaz. La noviolencia del 15-M, con la democratización actual de la comunicación, plantea un verdadero desafío a los poderes. No saben manejarla, le aplican constantemente imagen de enemigo («son lobos con piel de cordero»), pero no sirve de nada. El 15-M es un gran deconstructor de imágenes de enemigo: «No somos antisistema, el sistema es antinosotros». ¿Quién respira el aire del 15-M en la población? Una inmensa mayoría. Está claro que el endurecimiento de las políticas del PP busca acabar con ella y construir a su otro como enemigo. Saben que la presión ciudadana puede acabar poniendo límites a sus políticas.

En torno al 25-S hay una sensación de «cambio de fase», de que ahora necesitamos algo más directo, contundente y eficaz que el 15-M.

Estamos en un mundo donde pasan muchas cosas jodidas y el erizo tiene que sacar sus púas. Estoy de acuerdo. El problema es que la «radicalización» implique una simplificación de las cosas, recortando dimensiones de la riqueza del 15-M, haciendo así que pierda fuerza y se deshinche. Un ejemplo: el 25-S pretendía tensar el enfrentamiento, superar barreras de miedo, acelerar los acontecimientos, pero los padres y las madres no pudieron ir a la manifestación con sus niños porque podía ser peligroso. ¿No es esta otra forma de delegación política de los «incapaces» en los «capaces»? Y otra cosa. En la lógica dialéctica entre opresor y oprimido encuentras mucha acusación y mucha denuncia, pero no la riqueza que hay ya aquí y ahora en el oprimido y que se desplegaba como ríos por los campamentos del 15-M: la alegría del compartir, los engarces de vida, la construcción colectiva, los tráficos de amistad y ternura. Así nos quedamos sólo con las púas del erizo y perdemos riqueza.

Un amigo dice que entre el 15-M y el 25-S hemos pasado del «no nos representan» al «a por ellos». Una radicalización del enfrentamiento del 99% contra el 1% que aspira a cambiar las reglas de juego del poder.

Yo le haría dos preguntas críticas al 25-S. La primera, ¿hay algo humano que buscar en el otro lado o sólo hay hijoputas y criminales? ¿Es un búnker o lo estamos bunkerizando porque lo vemos a través de la imagen de enemigo? ¿Te diriges al otro (con tus críticas) como ser humano o chocas con la imagen de enemigo? Bueno, sobre esto ya hemos hablado suficiente. Y la segunda, ¿cuánto tiempo necesitamos para superar la maldición de Hegel que decía que la ciudadanía es incapaz de gobernarse a sí misma? Recordemos que el campamento de Sol duró sólo cinco semanas o que las asambleas barriales se han vaciado y achicado muchísimo en este tiempo. Construir es más difícil que destruir y sus tiempos son muy distintos. Si tomáramos el poder creo que no sabríamos muy bien qué hacer con él. ¿Cómo vamos a adquirir esa capacitación? ¿Exclusivamente por vías rápidas de enfrentamiento y tensión?

Rodear el Congreso tendría que añadir esa otra dimensión, ¿no?

Creo que sí. Hay que conocer, deslegitimar y poner en la picota todos los resortes escondidos que un parlamento tiene para funcionar en función de intereses que no son de la sociedad, sino de los que la oprimen. Decir lo indecible, presentar lo impresentable. Pero también necesitamos crear estructuras para que la ciudadanía se gobierne a sí misma. La auto-educación de la ciudadanía sólo puede ser un proceso lento y esa temporalidad choca con la búsqueda de eficacia directa e inmediata. Hay que resistir a la idea neoliberal de eficacia que se instala por todos lados: «no podemos perder el tiempo con procesos largos, muy vagos y abiertos, necesitamos frutos claros y tangibles ya».

Otra idea de cambio social implica también otra temporalidad.

Está madurando y calando una política ciudadana. No partidista, no troceada en partidos que seleccionan sólo lo que les favorece y perjudica al de enfrente. Una política sin jerarquías y no excluyente, muy anónima, donde todo el mundo es sustituible. Es un «cambio climático» que tendrá mareas altas y bajas, olas encrespadas y espumas, pero lo más importante es la ola de fondo. La ola de fondo es esa nueva política ciudadana que viene. Durante algún tiempo todavía, veremos infinitos juegos, engarces transitorios y tensiones entre la política de partidos y esa política ciudadana. Necesitamos los tiempos de un proceso histórico para superar la maldición de Hegel.

Por último, Juan, ¿por qué honrar al otro y no optar mejor por el antagonismo puro y duro contra quien obstaculiza nuestra potencia? ¿Por qué la paz y no la guerra?

Se pueden dar tantas respuestas a eso… No es una elección moral, sino de vida contra la muerte. La necesidad de la vida es compartir y aportar vida a otros. La guerra siembra y cosecha muerte. El objetivo de la guerra no es matar, pero es el medio para doblegar la voluntad de otro a la mía. Eso es nítido en el teórico de la guerra por excelencia, Von Clausewitz. Entre guerra y paz hay una elección de vida. No vida encorsetada en mí mismo como ser aislado. Ni siquiera en mi grupo con frontera cerrada hacia afuera. Porque empiezas declarando enemigo al de fuera y acabas buscando al enemigo interno. Eso es lo más bonito del 15-M: es un espacio de vida compartida pero sin bordes duros hacia afuera.

Luis Iriondo 1997-2010

Entrevista para Convives

Nélida Zaitegi me ha invitado a participar en el Nº 0 de la revista digital de la Asociación Convives y me ha realizado la entrevista que aparece a continuación. Es una entrevista biográfica que recoge los planteamientos de hace 25 años al fundar Gernika Gogoratuz y cómo se están realizando hoy en un taller en Medialab-Prado.

¿Cómo surgió la idea de crear Gernika Gogoratuz?

Gernika como símbolo de identidad vasca y de paz tiene fuerza para mover voluntades que llega a todo el mundo transportada por el cuadro de Picasso. Esa fuerza me atrajo.

Una voz había propuesto en 1987 al parlamento de Alemania hacer un gesto con que ofrecer amistad y pedir reconciliación a Gernika y tanto el Ayuntamiento de Gernika-Lumo, como el Parlamento Vasco se mostraron dispuestos a aceptarlo si era sincero al reconocer la responsabilidad por la atrocidad del bombardeo. En ese sentido decidieron ese mismo año que se crease un centro para recordar el infausto suceso: GGG

Eso me llevó a proponer que ese GGG engarzase investigación con acción para contribuir así a abrir al mundo con el nombre de Gernika la identidad vasca, orientar y educar hacia una paz reconciliadora guiándose en ello por la buena voluntad de la gente de Gernika marcada por el bombardeo seguido de 40 años de represión.

Propuse dos cosas más: Que GGG hiciese memoria, pero no para meterla en el cajón del pasado, sino en el del futuro y que, teniendo que depender de fuerzas políticas para su sostén económico, fuese independiente en su actividad y toma de decisiones .

En GGG nos dimos cuenta del calado de la mediación y de la actitud mediadora para generar paz en el tratamiento de conflictos y tratamos de aplicar la mediación para superar la carga de violencia en el conflicto vasco, en la educación para la paz y para intentar esa reconciliación con Alemania.

¿Siguen siendo hoy válidos esos objetivos?

Dejé GGG hace ya diez años. Mejor pueden responder a tu pregunta los reponsables actuales.

Para mí sigue siendo válido el objetivo que ya indica el nombre “Gernika Gogoratuz”que propuse en 1987 – “gogoratuz” significa en euskera recordar encendiendo la voluntad -. Asi participo en la elaboración de un prototipo para generar una memoria histórica educadora de paz reconciliadora y tengo la suerte de haber encontrado una institución que ha puesto en marcha un taller para elaborar en un colectivo abierto este prototipo: “Medialab-Prado” en Madrid.

¿Tiene esto que ver con que el 2012 vaya a ser el “Año de las Culturas por la Paz y la Libertad” centrado en memoria sobre el horror pasado para lanzar un grito a favor de la convivencia futura, como ha dicho el Lehendakari, Patxi López?

El taller de que te hablo lleva año y medio preparándose y desde un principio se ha planteado la posibilidad de que un taller hermano en Euskadi aplique el mismo prototipo que elabora. Hemos pensado que sería bueno que se incorpore como proyecto al “Faro de la Paz” de “Donostia-San Sebastián Capital Europea de la Cultura 2016”con un recorrido de 4 años.

En cambio me acabo de enterar hace un par de días de lo que me preguntas al leer con retraso las palabras de la Consejera de Cultura, Blanca Urgell anunciando en Diciembre que en 2012 se va a»realizar una mirada desde la cultura, la creación y el pensamiento a los orígenes y consecuencias de la violencia»(eitb.com12.12. 2011) y lo primero que se me ocurre es que los talleres pueden aportar algo para mejorar esa mirada.

¿En qué puede corregirse?

Desde que la base social en que se sostenía ETA ha pasado a exigirle que deje las armas y se disuelva, está avanzando mucho la paz y se ha hecho mucho más aguda y amplia la mirada a la violencia. Ya percibe la violencia que emana del Estado y también la del régimen de Franco, que tanta huella han dejado, pero aún tiene una mancha ciega que la deja cojitranca como educadora.

¿Puedes explicarte mejor?

La mirada que sólo sabe buscar la violencia, sólo deposita en el ojo recuerdos con los que el cerebro construirá una memoria que eduque para evitar la violencia. Pero eso no es más que una dimensión de la paz, su blanco y negro, su justicia, por así decir y la paz tiene también otra dimensión con más color y calor, más vital, la paz de vida que está en las hebras de ayuda, aliento, sostén, que engarzan nuestras vidas una con otra y sin las que no pueden existir, ni empezar siquiera . Y me permito aquí recordar, porque viene a cuento, que todos empezamos a vivir ya dentro de una madre.

Ambas dimensiones de la paz están engarzadas una con otra, son inseparables y se necesitan mutuamente.

La mirada hacia el pasado que sólo busca violencia para decirle NO es torpe para educar paz de convivencia, que es más que paz de cumplidores de la ley; para hacerse buena educadora tiene que buscar y encontrar en el pasado hebras de paz de vida, entender el sentido humano que las anima, para decirles SI, más y mejor.

Hay esas hebras, pero no es fácil encontrarlas. Del todo imposible si hay en el ojo esa mancha ciega. Para quitarla el taller de que te hablo puede ofrecer un injerto de paz de vida a la memoria de las violencias.

¿Cómo se concreta todo esto?

“El movimiento se demuestra andando”. Así mejor te cuento cómo se está ya haciendo memoria del terror, los horrores y la resistencia con un injerto de hebras de paz de vida. Podemos empezar con la frase de Antígona “juntar no odio con odio, sino amor con amor” que dijo en un contexto de violencia sanguinaria. Pero más cerca tenemos una película con sus ocho Óscares que hace memoria del Holocausto con una hebra de paz de vida injertada, la ”Lista de Schindler”.

Y no es algo aislado, en Jerusalén hay el Museo del Holocausto con una Avenida y un Jardin de los “Justos entre las Naciones” con 23 mil nombres de personas que, como Schindler, no siendo judíos, salvaron vidas judías. Aquí entre nosotros hay Jardines de la Memoria en que se recuerdan las atrocidades y daños del terrorismo y también de otras violencias, lo que es un avance, pero aún no se recuerdan hebras de paz de vida, por lo que en comparación andamos algo retrasados.

En Serbia, Croacia, Bosnia aún son frescas las huellas de una violencia devastadora, pero al hacer memoria de ello una mujer Svetlana Broz, nieta de Tito, ha sabido injertar una veta de paz de vida recogiendo durante seis años en un sinfin de entrevistas relatos en que serbios protegen vidas amenazadas de musulmanes, musulmanes de croatas, croatas de serbios y al revés, formando todo un tejido de hebras de paz de vida en todas direcciones.Ha recogido 90 de ellas en un libro “Buena gente en Tiempos del Mal” que ella misma comenta: “Incluso en la mayor desgracia existe la bondad humana independientemente del Dios al que uno reza”, y me permito añadir : “y del partido al que uno vota”.

¿Dónde y cómo puede educar para la convivencia esa Memoria del Horror con un injerto de hebras de paz de vida?

Sobre eso poco sabemos aún, aunque Svetlana, que vino a Madrid invitada a dar una conferencia y dirigir una sesión del taller, ya nos ha dado alguna pista.

Svetlana se había reunido con jueces y fiscales del Tribunal Internacional de la Haya y le comentaron lo asombrados que estaban al enterarse por los relatos de su libro de que en medio de las hostilidades hubiese Croatas que echasen una mano a Serbios o Musulmanes, Musulmanes a Croatas o a Serbios, Serbios a Croatas o musulmanes. Nunca se lo habían ni imaginado.

En ese sentido la memoria educa ya a aplicar con más humanidad la justicia justiciera, que en los acusados sólo trata de encontrar crímenes con los que sustentar en la sentencia la pena que impone.

Svetlana mostró además cómo la memoria del horror educa a la convivencia en la medida en que incluye hebras de paz de vidas. Al conocer su libro está mejorando el trato que se dan entre sí la gente de las distintas etnias enfrentadas al desmembrase Yugoslavia. Su libro genera autoestima en cada etnia y convivencia entre ellas.

Según eso la memoria bien equipada con su injerto de hebras de paz de vida ya puede entrar sin más mi más en centros escolares

Ya está entrando porque 5 profesores de instituto participantes en el taller están recogiendo entre sus alumnos en institutos de Algete, Coslada y Madrid relatos de paz de vida que les cuentan sus abuelos u otros familiares. Al exponer en el taller cómo lo hacen y los problemas que encuentran estamos dándonos cuenta de que ni de lejos puede entrar esa educación metiendo así como así memoria en las aulas. Eso requiere un acompañamiento didáctico hecho a la medida.

Para empezar hay que hacer atrayente la memoria entre adolescentes, que no ven ningún sentido en la historia que hoy se les imparte ni encuentran una relación con sus vidas. Pero el pasado ya no aparece como ajeno y aburrido, sino que se vuelve atrayente al adentrarse en él como exploradores en búsqueda de lo oculto y olvidado en las propias raíces.

En este sentido desde el taller se está reuniendo información acerca del “shorashim”, el nombre que tiene en Israel una asignatura que hace de los alumnos exploradores y presentadores de sus propias raíces. Aquí tienes lo que de momento hemos encontrado :

Shorashim es una asignatura que se imparte durante toda la duración de un curso escolar en las escuelas de Israel a alumnos de 12 a 14 años y que depende mucho del estilo de cada escuela.

Cada alumno tiene la tarea de buscar sus raíces y para ello debe de entrevistar a sus padres y más aún a sus abuelos, pedirles cartas y documentos, fotos, visitar los lugares de origen de sus mayores, las escuelas por donde pasaron. Con todo ello tiene que confeccionar un álbum.

En la fiesta de fin de curso -al menos en algunas escuelas- alumno se sienta en una mesa con su álbum acompañado por su familia, que trae para repartir dulces, pastas o algo del estilo. Así se organiza una fiesta con la escuela abierta al vecindario, al barrio y en la que presenta el álbum con el relato acerca de sus raíces no en un espacio de competición, sino en un espacio acogedor y de celebración.

Esto tiene implicaciones didácticas importantes, no se trata de hacerlo sin más ni más ¿no?

Hay al menos dos asuntos más que también requieren acompañamiento didáctico. En general a los abuelos les gusta que sus nietos vengan como aventureros a buscar tesoros en sus relatos. Sin embargo en lo que narran aparecen pocas hebras de paz de vida casi enterradas bajo un aluvión de historias que ensalzan a lo propio. En ese sentido conviene equipar y alentar al alumno para que asuma el liderazgo de la entrevista agradeciendo el relato entero como un regalo, pero haciendo ver al abuelo que más que la paja importa el grano, las hebras de paz de vida, para que avive el recuerdo buscándolas con ahinco y las narre en la siguiente entrevista. El alumno se hace así explorador en busca de tesoros.

Al encontrar la hebra de paz de vida ya está andada la mitad del camino. La otra mitad, bien emocionante, consiste en entender esa hebra: Escuchar y ser sensible a las razones, sentimientos y resortes que movieron al ser humano a tender esa hebra y oir qué efectos ha tenido en el que la tendió.

Te pongo un ejemplo de lo más concreto para que me puedas entender: Escuchar y ser sensible a lo que movió al etarra que acechaba con su pistola al periodista en el paseo de la Playa de la Concha a no cumplir la orden de matarlo en el mejor momento, a tiro, con el dedo en el gatillo y huída fácil; en mal momento, porque justo antes se habían mirado a los ojos él y el periodista, que quizá no se haya aún ni enterado de lo que no pasó durante su paseo aquella mañana.

Otro ejemplo más, en que la segunda mitad del camino se plantea andada ya primera mitad. Así que vamos por partes:
Se trata del milagro de Zaragoza, o mejor dicho, de la construcción del milagro que se hizo al exponer en una capilla de la Basilica unas bombas que al principio de la Guerra Civil arrojaron sobre ella aviones republicanos, pero que no estallaron. Era así un milagro por obra de la Virgen, vencedora. La hebra de paz de vida humana aparece al haberse constatado que las bombas no tenían espoletas.

Como la pistola no dispara si no se aprieta el gatillo, la bomba no explota si se le desatornilla la espoleta, y como no suelen desatornillarse solas, es de suponer que una hebra de paz de vida las desatornilló.

Con esa explicación el milagro ya no es menos milagroso, pero lo milagroso es más humano, tanto más cuanto que en aquellos días estaba en boga la quema de conventos. La hebra no la tendió el bando republicano, la tendieron los pilotos desobedecendo a las órdenes del bando republicano.

Tenemos ya la hebra milagrosa y ahora viene la segunda parte: Entender y sentir el milagro humano.

Gracias, mila esker y suerte en el empeño.

Taller: Memoria y Procomún

Medialab ha puesto en marcha un taller de elaboración colectiva de un prototipo de memoria histórica procomún. He aceptado dirigirlo al haberse generado un consenso en respaldo a mi propuesta de construir memoria a partir de recuerdos de actos que generan, protegen y mantienen incluso en las situaciones más adversas engarces de apoyo, socorro, aliento entre seres humanos. Hemos dado a esta memoria el nombre de “memoria de paz de vida”.

El taller va a constar de cuatro sesiones y de una red para la coordinación de las distintas aportaciones de los participantes. La primera sesión del taller ya tuvo lugar el 23 de Noviembre y junto conmigo la coordinó Pablo Sánchez León. Aquí se adjunta la grabación de casi 2 horas y media.

Se puede ver desde este link:

Presentación de Memoria y Procomún

Es bien larga:

  • En los primeros 15 minutos expongo cómo ha surgido este proyecto y cuál es el planteamiento al iniciar el taller.
  • A continuación expusieron los distintos participantes uno por uno sus motivos, reflexiones y el tipo de aportación que imaginan hacer.
  • Luego cuatro de nosotros presentamos un muestrario de 5 narraciones de paz de vida bien distintas y contrapuestas, para probar si sirven como piezas con las que construir una memoria procomún.
  • Al final hubo barra libre en la que intercambiamos ideas y planteamos complementar las sesiones del taller con esa red de contactos entre participantes.

Esta red enseguida se ha echado a rodar: en el mes que lleva en marcha hemos mantenido ya más de 40 conversaciones entre los que participamos en la primera sesión del taller y varias más con gente que entretanto se está asomando e incluso sumando al proyecto.

Gracias a que la sesión quedó grabada por entero y a que la red de contactos está en marcha, el proyecto “memoria y procomún” es abierto y acogedor. Puede aportar a él y beneficiarse de él cualquiera, aunque viva lejos de la sede de medialab-prado y no pueda estar presente en las sesiones del taller.

Esta combinación de sesiones y red da más juego del que pensamos al principio. Así, por ejemplo, varios participantes nos han hecho ver que una sesión grabada y con participantes que apenas se conocen entre sí es mal lugar para poner de sopetón bajo los focos narraciones confidenciales, tiernas, indefensas, las más de las veces de recuerdos callados, conmovedores que nos atraviesan. Eso es un cortocircuitazo.

Al compartir en la red este problema ha ido surgiendo y cobrando fuerza la idea de sacar esas narraciones íntimas de la sesión -que es pública- y trasladarlas a los contactos de red – que se pueden hacer con quién más quieras, donde, cuando y como quieras-. Así pueden empezar a brotar esos recuerdos callados en el calor y la seguridad de un nido e irse plasmando, tomando forma en él para luego, ya bien armados, encaminarles para su aparición pública.

Los próximos pasos públicos de este proyecto van a darse entre el 16 y el 18 de enero con una conferencia a cargo de Svetlana Broz de Sarajevo y dos sesiones del taller, la primera guiada también por Svetlana y la segunda por María García Alonso y Pablo Sanchez León.

Vaya SemanETA

ETA entre dos muertes. Su muerte el 20-O y una muerte digna

El 20 Octubre ha habido un cambio histórico, ha muerto ETA, acabado el tiempo marcado por su violencia y acaba de nacer un nuevo tiempo.

La muerte de ETA ha sido una muerte requeteanunciada y más que anunciada: ha sido causada por la sociedad civil con su voluntad de paz, por el ejercicio de los poderes del estado o los dos estados, del arco parlamentario, del concierto internacional  y de los medios de comunicación. Ha sido programada y  apañada detrás de los bastidores y orquestada 3 días antes en el escenario de grand-ex-figuras mundiales en la Casa de la Paz de Donosti. Ha sido ejecutada por la propia ETA con la declaración de fin de su lucha armada y confirmada por el arrollador eco nacional y del mundo mundial que ésta declaración de fin ha tenido.

Increíble, pero cierto: ETA misma se ha puesto fin en el momento en que estaba ya achuchada por su propia base social,  evidentemente ya sin poder para conseguir por su vía armada ni uno solo de sus objetivos, pero aún con una pizca de poder para dar sus últimos coletazos de bestia moribunda.

Hoy se reclama en todos lados el derecho humano fundamental a una muerte digna, lo que no cuadra aquí porque esta muerte de ETA es de momento bastante indigna. Pero ha sido no una muerte cerrada -como p.e. la que le han dado a Gadafi- sino abierta. Y porque es abierta, aunque hoy aun le falte mucho para ser digna, abre un tiempo en que podemos hacer que se cierre siendo digna, y abriéndose a una paz reconciliadora y de engarce de vidas. Voy a tratar de esbozar una hoja de ruta – que ya sé que será incompleta- para el recorrido entre la muerte abierta y poco digna y la muerte digna y esperanzadora de ETA, a la que todos tenemos derecho y cada uno tenemos que  aportar  algo propio.

Pero antes debo explicarles -tratando de convencerles- que, como afirmo en la primera línea, ETA ha muerto el 20 de octubre: ETA ha muerto como una fábrica. La fábrica ya no produce sus productos, la empresa propietaria quiebra, está en suspensión de pagos, pero no se disuelve de sopetón en la nada, sino que se crea una entidad  que gestiona el desmantelamiento de la fábrica, el reciclaje de todo lo que queda dentro, la negociación con sus acreedores y sus empleados, etc. etc.

Solo al final de eso, se disuelve.

ETA ha cerrado como factoría de violencia terrorista. Ya no va a producir más esa violencia, ni a amenazar con ella, ni a poner esa amenaza en una mesa de negociación.

Para que se logre esa dignidad humana tras el cierre como factoría, le queda a ETA como gestora de su disolución un tramo a recorrer con varias tareas:

– Dialogar, como le han sabiamente encomendado, con los estados de España y de Francia, el viraje:

  • de la política penitenciaria de la dispersión al acercamiento,
  • del cumplimiento de sentencia con rigor, privación y aislamiento máximos a un trato orientado a la reinserción, transparente, reeducador.

Ni los fundamentos ni los principios de la justicia democrática se cuestionan con un viraje así, más bien se asientan. Lo que trae a mal traer a esos principios y fundamentos es justo el su-bidón antiterrorista con que la justicia trató de responder a la acción terrorista de ETA, pasando a ser castigadora a tope, ilegalizadora al extremo, productora de sentencias de pena máxima.

Pero esa acción terrorista ha acabado la semana pasada y la justicia puede ya recobrar plenamente su misión de educadora para la reinserción.

  • Afanarse, esforzarse por conocer, reconocer, y conmoverse ante el daño que su acción terrorista ha causado en las víctimas del terrorismo. Acercarse a ellas llanamente, con expresión abierta pidiéndoles: “Ayúdame a entender y sentir el daño y la pérdida que mi actividad terrorista, nuestra actividad terrorista, ha hecho en tu vida y en la vida de los tuyos. Y dime qué necesitas y quieres que haga”

Esa es una asignatura pendiente que con  la declaración del 20-O ha pasado al orden del día.

  • Desprenderse de sus armas. Para lo que hay dos formas de hacerlo:

– Una menos buena, de humillación: entregándolas a las fuerzas de seguridad del estado o los estados, más unas pocas a los Mossos de Escuadra y Ertzaintza, con lo que pueden reciclarse para sangrientas misiones de paz en Afganistán, Libia o lo que venga.

– Otra mejor, de celebración: entregándolas a la ciudadanía para que haga con ellas una pira y quemándolas festivamente enfrente de la Casa de la Paz, lo que contribuye a “más paz con menos armas” con fuegos no-artificiales esta vez. (El problema es que las armas son muy metálicas, arden muy mal y apestan al hacerlo).

Imaginémoslo: ETA, hecha ya gestora de su disolución, anuncia que tal día y a tal hora en tal pueblo va abrir un zulo, sacar las armas y entregárselas a la ciudadanía. Las sacan y entregan algunos – todavía encapuchados para que no les lleven directamente a la cárcel-.  Ciudadanos, voluntarios las reciben, las cargan en  uno o dos carros que han traído y hacen algo así como una Korrika, de las que tanto nos gustan, para llevarlas hasta la Casa de la Paz, apilarlas  frente al edificio y hacerles lo que sea para que se vuelvan inservibles como armas y pasen a servir para algo mejor – la versión actual del dicho bíblico de Isaías “De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas” -. Se invita a las víctimas de ETA y a los encauchados a sumarse a la Korrika.

La Casa de la Paz está en Gipuzkoa, pero desde zulos en Bizkaia pueden llevarse en Korrika las armas  y apilarlas frente al “Guggenheim”, frente a un edificio emblemático de Biarritz, por ejemplo, puede hacerse lo mismo y ¿Hay mejor lugar y más poético para apilar armas desenterradas en cualquier otro sitio que el Kilómetro 0, Puerta del Sol?

Pero para hacer digna la muerte de ETA, ETA sola no basta, ni tampoco la mirada hacia ETA y los daños que ha causado. Hace falta mirar a más cosas y más lejos en el pasado y en el futuro para que un cierre digno de la muerte de ETA abra el camino a la esperanza y a la reconciliación. Cuando un río que se ha desmadrado vuelve tras muchos años a su cauce, el nuevo cauce ya no va ser el mismo que el viejo cauce, como lo marcó el franquismo triunfador de la guerra civil, ni tampoco como lo modificó la transición democrática, que ya no da más de sí.

Mirando hacia del pasado hay que recuperar recuerdos y hacer memoria de las pérdidas y penas causadas a las víctimas, de su reacción, superando impulsos de odio y de venganza, buscando democracia y justicia.

Pero también hay que recordar más: Las artes y artimañas para mantener engarces de vida y de ayuda que se han dado entre miembros de familias, cuadrillas, vecinos e incluso entre extraños    vinculados a ambos bandos “enemigos” durante la guerra, bajo el régimen de Franco, y en el marco del consenso que forjó la transición democrática: Es decir, construir memoria de la paz de vida que subyace a la violencia.

Y más todavía: Tenemos que recordarnos y hacer memoria de nosotros mismos y de cómo la mayoría vitoreábamos a ETA en toda España hace 35 años. (Yo también gritaba “¡Gora ETA!).  Si no lo hacemos, también nos ponemos capuchas a la hora de exigir a los etarras que se las quiten.

Mirando al futuro: Hemos de recoger la voz fresca de los indignados, “¡Oeh, oeh, oeh, lo llaman democracia y no lo es!”. Recojo aquí las palabras de un amigo: “el rechazo a la violencia por la ciudadanía vasca ha sido un factor determinante en la decisión de ETA; el nuevo tiempo que ahora comienza debe ser el tiempo de la no violencia, del respeto y de la democracia participativa; el 15-M es el germen de una nueva forma de concebir y ejercer la política… por los ciudadanos: se basa en la no violencia, en el respeto al otro y en la apertura a las opiniones de todos.”

En el nuevo cauce ha de haber más democracia, más participación ciudadana, menos capuchas y más autenticidad de transparencia.

Así ojalá digamos: ¡descansa en paz ETA con una muerte a fin de cuentas digna! y nosotros todos – 99% – con camino abierto en y hacia una paz justa y de vida.

Poner atención en la No-violencia

Hay dos atenciones que aprender:

Una: Aprender a poner la atención en la resistencia no violenta para que resalte y no quede oculta e ignorada bajo la resistencia violenta. Un ejemplo magnífico y actual de ello es el video acerca de Budrus y de otros pueblos palestinos en lucha que se presenta en este video:

https://ted.com/talks/view/id/1214

Otra: Aprender a poner atención en las acciones de paz de vida para que resalten y no queden ocultas bajo las dinámicas de violencia o de paz negativa.

(Sobre paz negativa y paz de vida ya tratan dos documentos de este blog: «Ideas sobre paz negativa y paz de vida» y «La paz no es sólo ausencia de violencia, sino vidas engarzadas» (Entrevista en Público)

Ideas sobre Paz negativa y Paz de Vida

Los investigadores por la paz han aceptado la distinción que han hecho dos grandes maestros -Johan Galtung y Adam Curle- entre paz negativa y paz positiva.

En este escrito con “paz negativa” se designa el rechazo, el NO, a la violencia entre seres humanos en cualquiera de sus muchas formas, desde el desprecio o la hostilidad hasta la amenaza de guerra o la guerra misma. Esa “paz negativa” es una dimensión de la paz, parece incluso que es la única, pero no lo es. Para entender su importancia, basta con señalar que la tarea de la paz negativa que tiene por hacer la humanidad, es desandar el camino emprendido durante miles de años que la ha llevado a dotarse de instrumentos de guerra capaces de destruir mil veces la vida sobre la tierra, desencadenar terribles guerras con millones de muertos por motivos falsos, y en 10 de los últimos cien años a batallar dos guerras mundiales.

Pero no menos importancia tiene otra dimensión de la paz, la paz positiva, que en vez de ser el NO a la violencia entre seres humanos es el SI al engarce entre sus vidas. Paz positiva es que se busquen, acerquen, encuentren, interesen, amen, disfruten, apasionen, eduquen, regalen, es que una vida haga algo por otra, por su sentido y dignidad sin calcular ni sopesar contrapartidas. Es paz de vida. Pero tiene un grave problema: Es hermana inseparable de la paz negativa, pero es hermana invisible.

Una figura de la tragedia griega, Antígona, expresó esa paz de vida al decir: «No junto odio con odio, sino amor con amor».

La paz negativa y la paz de vida son dos componentes de la paz y nunca van sólas, ni siquiera cabe imaginarlas sólas. En el mundo real siempre forman una amalgama, entre las dos y con las violencias que hay en juego.

Todavía impera hoy el punto de vista dialéctico: la violencia es el No a la vida, por tanto el No a la violencia es el Sí a la vida. Yo creo que esta fórmula, operativa durante más de 150 años, hoy está exhausta y que el pasodoble de los Noes más que el paso al Si a la vida, está volviéndose una trituradora de vidas.

A la vida humana se la puede dar un Sí, sin tener que pasar por dos Noes. La paz positiva es este Sí a la vida. Pero a una vida ancha, que quiere vivir y vive engarzada con otras. Una vida que sufre lo que le toca sufrir, pero bañada por la alegría del convivir. Hay paz positiva en una sociedad allí donde cada cual da y recibe vida más allá de balances contables.

Las dos componentes de la paz ante la violencia

La relación entre la dimensión negativa de la paz y la violencia es palmaria, es de suma y resta: Por definición cuanta más violencia hay menos paz negativa queda, cuanto menos violencia queda, más paz negativa hay. Visto así, construir la paz negativa es lo mismo que disminuir la violencia y la guerra.

La dimensión negativa de la paz se encuentra en el mismo escenario y bajo los mismos focos que la violencia que rechaza, es tan visible como ellas. Se mide con el mismo metro la rotura de una tregua que la proclamación de una tregua.

Pero con la dimensión positiva de la paz es bien distinto:

1.- Puede haber y hay al tiempo violencia o hasta guerra amenazando y rompiendo vidas, y al tiempo haber entre vidas -incluso en bandos enfrentrados- lazos, ternura, apoyo mutuo, sostén, respeto, honra, convivencia, protección, lealtades, alegría, viveza, humor, apoyo mutuo, llanto y canto, paz positiva. Sigue habiendo y latiendo paz de vida debajo de la guerra y de la hostilidad. por muy totales que sean.

La paz positiva subyace a la violencia y la guerra tejiéndose en redes, formas y ámbitos acogedores muchas veces escondidos, las más de las veces ignorados. Si las cosas van bien puede ir gradualmente aflorando desde esos ámbitos recónditos hasta generar zonas de paz, con estructuras que le ayudan a sostenerse y una cultura que la hace valer y la alienta.

2.- La dimensión positiva de la paz no se separa de violencia y guerra por una raya divisoria, como hace la dimensión negativa. En contraste con ella, la paz positiva va a donde está la guerra y se entremete en ella, trata de enlazar con lo humano que hay en los seres humanos metidos en la dinámica de la violencia y guerra, propone complicidad y consenso, incluir al otro en un nosotros abierto, recuerda semillas sembradas en el pasado, crea ambiente en el presente y responde a la destrucción, el trauma y el dolor abriendo hacia el futuro horizontes de reconciliación. Sus fronteras más que separaciones, son ante todo vías de encuentro, enlaces. No forman un NO a la violencia, que se enfrenta desde fuera a la realidad, sino un SI a lo humano que se adentra en esa realidad.

Así obra ya, cuando aún no se ha logrado la paz negativa, la paz positiva socavando la violencia y la guerra, al tiempo que se enriquece, cobra aliento y porta más y más esperanza. Cuestiona y corroe la guerra y violencia vengan de donde vengan. La paz de vida es así factor de superación de guerra y violencia.

La paz positiva no se retrotrae sobre si misma ante una realidad marcada por la guerra y la violencia, sino que acompaña al «no» a ambas, que es el oficio de la paz negativa, engarzándolo con el “si” a la vida, que es su propio oficio, y llevando ese sí hasta las entrañas de la guerra.

Traducido al tratamiento de conflictos, significa esto “ser firmes con la materia del conflicto y honrar al otro”, es decir ir al encuentro del otro en busca del punto en que darle el sí.

El trabajo de paz no sólo debe de consistir en detectar, denunciar, llevar a tribunales, condenar, castigar y penar a la violencia y la guerra, incluso bombardeándola en clave de paz negativa, sino que puede y debe construir un respaldo en clave de paz de vida. Ese respaldo, que es ante todo cultural, consiste sacar a la luz, atraer la atención hacia y construir memoria de la riqueza de la vida en paz que subyace a la guerra y a la violencia, y que de otra forma queda tapada por la imagen de enemigo.

El resaltar y hacer memoria de esa paz la protege, potencia, genera solidaridad. A la vez, al tener eco en la sociedad y en el mundo, conforta y alienta a quienes están empeñados en ella, que se dan así cuenta del valor y significado de lo que están haciendo.

No se trata de mostrar sólo a víctimas de la carnicería de la guerra y la violencia como seres pasivos aniquilados y mutilados, sino de mostrar también el tejido en paz que esos seres humanos construyen con sus afanes, lealtades, fidelidades, quehaceres y compromisos morales. Se trata de ir por delante de la guerra y mostrar la paz para evitarla y no por detrás para lamentarla. Se trata de mostrar la flor de la vida para no tener que mostrar la sangre de su destrucción. Es corta y lúgubre la paz que sólo puede enseñar flores rotas y ensangrentadas.

La acción de castigo de la justicia punitiva es la respuesta en paz negativa a la destrucción causada por la violencia y el horizonte de reconciliación la respuesta en paz positiva. Es paz positiva que llega tarde para prevenir la violencia, pero guarda su memoria y previene su repetición en la medida en que propone una reconciliación.

Pero la paz positiva puede anteponerse a la violencia y no prevenir sólo su repetición, sino su primera actuación. La violencia en gestación antes de descargarse en actos tiene que haber dibujado un blanco con imagen de enemigo, es decir con la vida deshumanizada y demonizada a la que apuntar. Tiene que manifestarse culturalmente con imágenes antes de ser fáctica con hechos.

La paz positiva puede responder a la violencia cultural cuando aún no se ha descargado en acciones violentas pero ya amenaza al fijar su blanco con imágenes deshumanizadas y demonizadas de enemigo. Si consigue no quedar escondida sino manifestarse, salir a la luz, la paz positiva puede deshacer ese blanco y prevenir así que se descargue la violencia.

Así como la reconciliación requiere la verdad del pasado, no puede hacerse sobre un pasado oculto, la violencia no puede descargarse sin haber primero tapado debajo del blanco la paz positiva subyacente.

Capté los distintos rasgos de la paz de vida que aquí señalo al reflexionar sobre narraciones hechas en distintos talleres. Así por ejemplo recuerdo aún lo que contó una mujer acerca de una balacera en Amalfi, pueblo de Antioquia en Colombia. Está Amalfi como en un embudo, en el fondo de un valle rodeado de cerros. En su centro hay una iglesia colonial y adosada a ella una comisaría de policía. Cerca una casa con una cruz roja en el tejado, en la que vivía una familia que gestionaba una ONG.

Un frente de las FARC tenía rodeado a Amalfi y había empezado a atacarlo. Su superioridad era aplastante. Al empezar la balacera, los miembros de esa familia y más gente, no se quedaron escondidos y acurrucados, sino que se echaron a las calles a recoger a los niños que estaban jugando en ellas y llevarlos a la casa con la cruz roja en la terraza. Varios de ellos fueron corriendo a hablar con el comandante de las FARC a decirle: “Usted está al mando de lo que declaran que es el pueblo colombiano en armas. En nombre de lo que dice, no bombardee la comisaría de policía porque así destruye la iglesia colonial, la riqueza de nuestro pueblo. Negocie con nuestra ayuda su rendición.”

EL MEOLLO DE LA NO-VIOLENCIA 15 M

Divagación evocando a Eduardo Galeano

Estos días se dialoga entre los indignados, a su alrededor y discuten los medios para entender hasta dónde llega y a qué se debe la no-violencia activa con que actúan y que manifiestan. ¿Es por convicción interior o por razones estratégicas?

No hay duda de que el movimiento 15M tiene un poderío inmenso y esperanzador al ser non violento en las acciones y los gestos. Gracias a su manifiesta no-violencia llega hasta donde ni soñaron llegar movimientos de otros años y otros sitios. Así no es previsible, como señala Amador Fdez. Savater en su blog. Está haciendo esta experiencia desde hace casi tres meses y aprendiendo de ella. Hay pues una razón pragmática y estratégica para su no-violencia.

Pero entiendo que en la no-violencia del 15M  hay más y más hondo en juego que razones estratégicas, si entendemos como estrategia algo así como el  arte de conseguir un objetivo  o cumplir una misión. Por razones estratégicas se saca la no-violencia para fuera y eso es fácil de entender. Pero para sacarla hacia fuera entiendo que ya tiene que estar dentro y eso está más escondido, es más difícil de percibir al no estar encarada ni hacia afuera ni hacia un futuro,  sino metida en el presente. Un presente, no de cada uno por separado, sino de un nosotros tejido con engarces de atención, cariño, caricia  y respeto.  Eso es lo mismo en quietud interna presente que  al asomarse cargada de indignación, erizada de rotundos Noes, transfigurada, hacia el  mundo para que se haga mejor, más humano. A eso malamente  llamamos no-violencia  porque  esa «no-violencia» no está para nada amasada con Noes, sino con Síes al otro. El NO al que se la engancha desdefine y blinda.  A fin de cuentas, paz es sí al otro, y es paz que queremos alcanzar hacia afuera, pero que ya tenemos a trancas y barrancas y que invocamos dentro.

Noto que tengo que apoyar en alguien más esta idea y para eso meto en este blog un comentario de Eduardo Galeano.

Eduardo Galeano se sumó a fines de mayo a las acampadas de «indignados» en La Puerta del Sol y en Barcelona. En Barcelona le pusieron delante un micrófono y habló con gusto durante 11 minutos. Propuso claves maestras y poéticas para entender lo que mueve a los indignados. Se declaró incapaz de predecir el futuro de este movimiento, proclamó que eso no le importaba  y giró para hablar de lo que si importa que puso en el presente. Un presente de «entusiasmo», que quiere decir, con dioses en las tripas.

Véanlo, oíganlo: