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“Guernica” cuadro abierto
Picasso recordó/expresó en su “Guernica” el horror y la muerte de la guerra civil desatada por el fascismo y se centró para hacerlo en el bombardeo por la Legión Condor de la Alemania nazi de Gernika, villa vasca.
En el cuadro, sin embargo, no puso ni ningún rasgo ni contexto vasco, ni el Árbol de Gernika, ni una Ikurriña, ni dio nombre en euskera a su obra. Para pintarlo escogió un lienzo mural grande y ancho (7,80 x 3,50), que dejó abierto y sin marco. Contra su costumbre, dejó sin firma la pintura. Esa fue la forma de abrir en su obra una tragedia inhumana vasca expresando a través de ella un mensaje para el mundo y para siempre mientras exista en él el horror que denuncia. En el “Guernica” “no hay que poner más, sino quitar“ había escrito, y pintó así a los gernikeses quitándoles particularidades, para que cobraran entera su esencia humana como vascos a lo grande, como seres humanos inocentes, desarmados, indefensos en tragedia por prepotencia inhumana. Ahí están en un sótano vivos y muertos, aterrados, agonizando, huyendo, buscándose, socorriéndose, llorándose por tanta vida rota y expresando en el caballo agonizante ese imperioso “No” al poder de muerte déspota desde arriba y a su guerra. Un “No” con poesía en gotas de esperanza escondida en el pajarillo casi perdido y en la florecilla que brota del cuenco de la mano del guerrero con la vida y la espada rotas.
Los gernikeses todos, los bombardeados aquel día, sus hijos y nietos, y los llegados de otras tierras, quieren mucho al cuadro, sienten que es en cierta manera suyo y quieren hacerlo aún más suyo. Tienen copias, muchas talladas en madera, en sus casas, en sus bares. El ayuntamiento les respalda y en una calle hay bien visible la gran reproducción mural del cuadro en azulejos, regalo de artesanos valencianos, con el rótulo añadido “Gernika Gernikara”, (“Guernica a Guernica”), exigiendo así que se traiga a Gernika y quede expuesto en Gernika el cuadro que pintó Picasso en Paris, viajó de allí por Escandinavia, Inglaterra y los Estados Unidos recogiendo dinero para ayudar a las víctimas republicanas, hasta que se refugió por voluntad de su autor durante 40 años de dictadura franquista en el Museo de Arte Moderno de NY (MoMA) y que ahora está en el Museo Reina Sofía, bien cerca de la estación de Atocha, lugar de otro atroz Guernica el 11 de Marzo del año 2004.
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La fuerza de paz del “Guernica”
En la tragedia del bombardeo del 26 de abril de 1937 brotó en Gernika una inmensa fuerza de rechazo a la guerra y de paz que fue recogida en la imagen del cuadro como recuerdo de muerte y respuesta de vida.
Fue algo iniciático porque ese día la tragedia no hizo más que empezar y desde entonces se repite sin cesar. Con aquel bombardeo entró la humanidad en una era marcada por una prepotencia inhumana que siembra de arriba abajo muertes aterradoras entre seres inocentes y desarmados para forzar así a la sumisión bajo el mando vencedor. Esa desgracia obra de sus máximos prepotentes, pero también redoblada por otros golpes de un terror que se asestan en nombre de los de abajo, ha causado y sigue causando por todo el mundo miles de Gernikas: Londres, Coventry, Rotterdam, Leningrado, Hamburgo, Dresden, Pforzheim, Hiroshima, Nagasaki, My Lai, Novi Sad, Santiago de Chile, Belgrado, NY S-11, Bagdag, Madrid 11-M, Londres 7-jul.
Como grito de paz contra guerras y violencias asesinas, “Guernica” no es un cuadro quieto sino en ruta, el más viajero del mundo. Más de 30 viajes hizo ya el enorme lienzo entero arrollándose, desplegándose y resquebrajándose. Pero al no estar ya para esos trotes y quedar parado – primero en el MoMA a partir de 1958 y desde 1981 en el Reina Sofía – sigue su movimiento. Y es que, aunque esté fijado en el museo, su fuerza de paz no queda encerrada en él. Cada nueva y terrible Gernika llama al “Guernica” y hace que se desprenda del lienzo la imagen entera o un trozo de ella y en vuelo, como mariposa mensajera, vaya a posarse en el lugar desde el que absorbe en negro el nuevo horror de inhumanidad, y con color la esperanza humana. La fuerza de paz que levanta en quienes la contemplan brota así de cada lugar en que se posa recogiendo, abrazando y expresando su tragedia, haciendo admirar y compadecer lo humano, denunciando lo inhumano, llamando y animando a resistirse contra ello en nombre de la vida humana esperanzada. Así como respuesta a tanta muerte injusta, va sumando potencial de paz y vida.
De Gernika a otras nuevas Gernikas vuelan mariposas mensajeras cruzando los tiempos desde lo que ya ocurrió, ha vuelto a ocurrir o está ocurriendo, hasta el porvenir, para prevenir la nueva amenaza que se echa encima de otros lugares ya amenazados, alarmando y defendiendo la vida al posar sobre ellos el recuerdo del horror. Vuelan también cruzando los espacios ligando lo humano que hay desde lugares del horror con horizontes que anuncian la celebración de la vida hacia los que les mueve la esperanza.
Esas son las rutas de paz por las que vuelan las imágenes del “Guernica”. Al desprenderse del lienzo son vascas. Según dónde se posen y lo que absorban pasan a ser también vietnamitas, alicantinas, palestinas, irakies, kurdas, españolas, norteamericanas, chechenias, tibetanas, serbias, bosnias, egipcias, chiapanecas, mundiales.
Manifestación en Fayetville contra Guerra Irak USA 2003
11 Marzo 2004 Madrid
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Descifrar la trayectoria de las imágenes
Para entender eso hay que descifrar la trayectoria de las imágenes en sus rutas de paz, el campo de fuerzas a través del que vuelan, el arte con que lo hacen gracias a las manos que -tras Picasso- las reproducen, repintan y dan nuevas formas, las barreras y señuelos que influyen y marcan sus derroteros, extraviándolas a veces, haciendo incluso que se posen en sitios equivocados, sigan su vuelo encajonadas, pierdan su mensaje, o lo enriquezcan y hasta descubran nuevas tierras en que posarse para recoger otras tragedias desde siempre desatendidas.
Descifrar es admirar. Es admirable el arte con que se apañan y se las ingenian para sortear obstáculos y seguir su vuelo transformándose, cobrando nuevos colores y formas. Y descifrar es también darse cuenta de lo débiles que son las mariposas mensajeras y de lo necesitadas que están del apoyo orientador y protector que puede brindarles Gernika, como ningún otro lugar.
La riqueza que brinda la lectura de estas mariposas queda muy bien reflejada en las reacciones que levantó la irreverente obra del artista Fernando Bellver, en la que el personaje de Popeye le asesta un puñetazo a la madre del «Guernica». Una y la misma obra sirvió como imagen por un lado contra el maltrato de género de la Asociación de Mujeres de Madrid, y por otro lado, en EEUU, en una exposición del artista la obra generó tal indignación entre un grupo de feministas que le dieron la vuelta en señal de protesta.
«Popeye Guernica» de Fernando Bellver
Descifrar es cosa de nunca acabar pero que puede empezarse en cualquier momento. Eso se intenta aquí mismo aunque en una primera exploración, guiada por un concepto de la paz, que no todos han de compartir. Sus resultados pueden ser sin duda cuestionados pero con toda su insuficiencia este primer intento muestra ya el gran potencial de paz que portan las imágenes del “Guernica”.
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Las barreras de la represión
El primer factor que frena, incluso asfixia la expresión del horror es la misma prepotencia destructora que causa la tragedia entre inocentes, y que a la vez presiona para que ninguna imagen ni voz la muestre y denuncie. Hasta cuando ya entra en declive y se ve tan desbordada, esta prepotencia dominadora que ya no puede seguir sembrando masivamente y abiertamente muerte, suele seguir haciéndolo en pequeñas dosis y furtivamente o forzando leyes de punto final para impedir que se haga público y evidente el gran horror con que se generó y sobre el que se asentó. E incluso, cuando la prepotencia ha decaído tanto que ya no puede cumplir una amenaza, aún le queda la larga sombra del miedo que su terror proyectó, que sigue atenazando años, decenios, generaciones las gargantas y los corazones.
En el interior de los afectados se ponen también en marcha mecanismos que ocultan y hasta ahogan el horror sufrido que humilla, deshonra, avergüenza, margina, excluye de los seres cercanos que acompañan nuestras vidas. Para no perder el entorno humano se escoge callar incluso ante uno mismo.
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El arte expresa ya lo que la víctima aún tiene que callar
Pero cuando el miedo atenaza a la misma víctima impidiendo que se manifieste la verdad del horror como grito de su garganta, gesto revelador en su rostro, puede que el artista ya sea capaz de gritar recogiendo ese horror en una obra de arte. Así hizo Picasso con el “Guernica”, una obra de arte contra la muerte del ser humano, pero también, dijo Picasso, “contra la muerte del arte” y su fuerte mensaje llegó en unos meses a todos los rincones del mundo. En contraste, la voz de los bombardeados por Franco y Hitler el 26 de Abril de 1937 tuvo que estar callada durante más de 40 años, ha tardado casi 60 en ser oída, y aun ha llegado a pocos lugares del mundo.
Juegan en esto sin duda varios factores, pero indudablemente uno de ellos es el salvoconducto que tiene la obra de arte reconocida para cruzar fronteras – en un vuelo inocente -.
Así, como obra de arte mundialmente reconocida, logró el “Guernica”, infiltrarse en España ya en los años 50, cuando aún era un coto cerrado, espacio de dominación del franquismo vencedor. Cruzó las fronteras traído casi siempre desde Francia como objeto de arte inocente burlando la torpe vigilancia de los censores y con la complicidad de un sector cada vez mayor de la sociedad, que lo colgó en las paredes de sus casas donde paso a ser símbolo compartido de identidad y compromiso democráticos, “sobre todo, símbolo de lucha y de rebeldía”, en palabras de Tàpies.
La sociedad civil empeñada más y más por la causa democrática socava los fundamentos de la dictadura y su icono es el “Guernica”. A fines de los años sesenta fracasa un tanteo del régimen franquista tratando de que vuelva el cuadro a España como muestra de su apertura. Para entonces las reproducciones del “Guernica” salen ya a espacios públicos son imparables cada vez más mordaces y demoledoras de la dictadura sobre todo las del “Equipo Crónica”.
“El Intruso” Equipo Crónica 1969
Un factor que lastra, desvía o incluso impide el vuelo es el “copyright” al que está sometido el “Guernica” como casi todas las obras de Picasso. Quien adquiere ese copyright, puede hacer y exhibir reproducciones del ”Guernica” para servir a sus propósitos – ateniéndose a ciertas condiciones fijadas, que debieran asegurar la calidad -. Los sucesores de Picasso detentan y detentarán ese copyright hasta 70 años tras la muerte del autor, es decir hasta el 2052.
Las mariposas pueden así comprarse como trofeos. Así lo hizo -por ejemplo- el ejército alemán exhibiendo en una campaña de publicidad 1990 el ”Guernica” provisto de su copyright en varios de los semanarios alemanes de mayor tirada.
Otro factor que hace estragos en las mariposas es la “indignación selectiva”. Es la indignación que nos hace alzar el grito de alerta, condena y protesta ante la violencia que se descarga sobre nosotros y sobre lo que hacemos nuestro, pero desatiende y deja de lado, ignora, niega la tragedia que nosotros y los nuestros causamos a otros.
Así puede que una mariposa del “Guernica” acuda atraída por una injusticia trágica y al posarse para recogerla y expresarla, oculte otra tragedia dejando escondida la mano que la causó. Pero puede que también desde la tragedia así ocultada salga a su vez una invocación al “Guernica” para que otra mariposa la acoja y exprese. Son mariposas en vuelo con la imagen reveladora de un horror inhumano en un ala, pero con otro ala negra ocultadora. Pueden hasta dejar su ruta de paz chocando en su vuelo y volviéndose armas arrojadizas.
Eso ocurre demasiada veces y es triste que en nombre del “Guernica” se enfrenten víctimas, en vez de unirse.
Hay, sin embargo artistas que saben dar forma y expresión a la mariposa mensajera para que vuele con las dos alas su ruta de paz del pasado al porvenir:
Asi en los días siguientes a la tragedia del 11-S Adam Nieman confeccionó un cartel con la figura de la mujer con el niño muerto en sus brazos y el letrero “No servirá de nada bombardear a Irak” añadiendo un comentario: Funciona tan bien este fragmento del “Guernica” por su ambigüedad, ¿Es la mujer una americana víctima del 11-S o un afgana víctima de la respuesta americana? A mi entender es ambas cosas, es alguien sufriendo que no puede consolarse con otras bombas…. todos entendemos su mirada –horror espanto y pena- de las semanas después del 11-S”.
Bombing Irak won´t help
Hay mariposas del “Guernica” que al posarse en una nueva Gernika se clavan en ella, absorben en sus alas imágenes que no trajeron desde el origen de su vuelo, que Picasso dejó fuera, y cargadas con ellas, ya no pueden volar a ningún otro lado.
Como repuesta a la guerra de Irak surgió un enjambre incesante de incontables mariposas, que hasta cambiaban el nombre de ”Guernica” por “Iraknika”.
Las más de las veces hacen de la imagen una picota en la que ponen entre las víctimas al agresor: banderas, escudos, tanques aviones, bombas, todo tipo de armas y rostros, incluso con cara de cerdo: los Estados Unidos. Queda así clavada la mariposa, atrapada como acusador, abogada del diablo, que rebaja lo humano en la víctima al absolutizar lo inhumano en el victimario. Ya no sirven para otra cosa.
Poster de “Not in our Name” 2004
Así se pierde el enfoque de Picasso que en 1958 escribió “Al mostrar la cara de la guerra nunca he pensado en un rasgo particular, sino sólo en su monstruosidad. Menos aún he pensado en el casco o en el uniforme de las tropas americanas o de ningún otro ejército. No tengo nada contra los americanos. Estoy del lado de los seres humanos, de todos.”
En el contexto de las revoluciones islámicas del norte de África, un humorista gráfico de origen venezolano pero de nombre vasco, Eneko, destaca el sufrimiento de raíz, prolongado y soterrado del pueblo egipcio bajo la dictadura de Mubarak, haciendo confluir el grito del «Guernica» con las pirámides de Egipto y conviertiéndo a una de éstas en la punta de un iceberg de represión y dolor.
Hoy empieza a anunciarse entre nosotros otro horror y terror, que yacía demasiado escondido. El de la miseria indigna, causada por el hombre al hombre: La recogen ya las voces de víctimas tan ilustres como las del 11-S en Nueva York.
Así hace un mensaje poético Patricio Graham, que aquel día perdió a su hermano en la Torre Norte:
Pero si somos honestos, alguna vez, con nuestra humanidad voraz del consumo y la muerte…
No nos hemos acaso acostumbrado a OTRAS BOMBAS Y ATENTADOS?
¿Cuántas víctimas sangran cada día en nuestros países por los atentados de la injusticia?
Se llame como se llame:
planes económicos, riquezas concentradas,
pueblos negados, Occidente Omnipotente…
¡Basta de estar acostumbrados!
Que las bombas y el dolor nos despierten a todas y a todos!!
Es hora de volver a quedar perplejos y horrorizados…
Cuando te vemos, HUMANIDAD UNA, estallar en pedazos
En las bombas y en las márgenes
En las guerras y en las culturas despojadas
En las Torres y en los jóvenes vacíos de esperanza
En los Trenes y en las manos flacas de trabajadores sin pan para la casa
E igual que las voces de victimas como Patricio Greham, se encuentran ya mariposas mensajeras del “Guernica” volando a posarse en los amplios territorios asolados por el hambre que el hombre causa al hombre. Así en Nueva York un artista portorriqueño ha pintado un mural del “Guernica” contra la miseria abjecta.
James De la Vega ante su mural Guernica sobre la pobreza.
Algo admirable de la trayectoria y el mensaje de las mariposas mensajeras del “Guernica” es el hecho de que en las más de ellas las figuras en blanco, gris y negro desprendidas del lienzo original, y recogidas por la mano que pinta la copia están combinadas por esa mano con otras figuras y con colores, incluso alegres y hasta con imágenes de vida en el gozo de la paz. Esos colores y contextos de vida aparecen con más frecuencia si la copia no recoge la imagen entera del cuadro y si ha sido pintada por muchach@s o niñ@s. ¿Cómo descifrar eso?
La interpretación que aquí se aventura es que el “Guernica” no vuela de un horror inhumano a otro para constatar resignadamente la destructividad humana. El cuadro es un grito de condena y resistencia alentado por la esperanza de vida compartida en paz. En el lienzo mismo apenas se entreve esa esperanza, pero aflora en las mariposas mensajeras que en su ruta de paz aspiran a no terminar su trayectoria posándose en un horror más para mostrar una nueva mueca de la guerra, sino cogiendo en él energía para seguir su vuelo hacia un horizonte de paz.
Ese horizonte no está desligado de la realidad en que sucede el horror. Tiene su fuerza en la humanidad que impregna esa realidad. Debajo del rostro negro de la tragedia hay supervivencia, vida subyacente con color escondido que en el vuelo se trasluce más y más. Debajo del horror de la muerte se descubre la alegría que habita en lo hondo de la vida en el ser humano.
Muchas manos de niño pintan la mariposa para que vuele alegre. Para el concurso de carteles anunciadores de las fiestas de Agostoen la misma Gernika, una muchacha ha presentado un anuncio de colorines festivos en el que vuela el pajarillo del “Guernica”.
Bregenz Austria, obra del proyecto “Guernica Kids”
Un gran muestrario de mariposas coloreadas por manos de niños ofrece el proyecto “Guernica Kids” iniciado en Kioto en 1995 y que entretanto se ha extendido a más de 30 países en cinco continentes. Consiste en reunir niños, p.e. de 9 años, con los que reflexionar sobre la guerra y la paz para que luego pinten juntos un lienzo del tamaño exacto del “Guernica” (3,5 x 7,80 m).
La trasmisión y transformación de la imagen del “Guernica” de generación en generación parece dar más y más fuerza a su mensaje de esperanza.
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La trasmisión del mensaje de “Guernica” por otra imagen
Puede incluso que la mariposa mensajera para llevar su mensaje recogiendo un nuevo horror, manteniendo la vinculación con el “Guernica” llegue a desprenderse por completo de la imagen para asumir otra.
El 16 de Marzo de 1968 durante la guerra de Vietnam la compañia “Charlie” de los EE.UU. atacó la aldea indefensa My Lai masacrando durante 4 horas y media 500 mujeres, ancianos y niños. Ronald Haeberle, un soldado, logró fotografiar en color el horror y sus fotos aparecen en Noviembre del 69 en “Life”. Un grupo de artistas “Coalición de Trabajadores del Arte”(AWC) compone un cartel con una de esas fotos mostrando la fosa llena de cadáveres con un letrero superpuesto “P: “¿Y también Bebés? R: También bebés” recogida en un interrogatorio hecho a un participante.
La Coalición de Trabajadores del Arte quiere establecer crear un vínculo entre este cartel y el “Guernica” y para ello contactan al MoMA proponiéndole que lo patrocine y distribuya, pero el MoMA acaba echándose atrás. Ante eso AWC decide hacer por su cuenta el vínculo y varios de sus miembros se meten en el museo acompañados por fotógrafos y despliegan delante del cuadro una docena de carteles. Así manifiestan que “My Lai es Gernika”.
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Conservación de las imágenes del “Guernica”
A primera vista parece esa avalancha de imágenes sacadas del “Guernica” un inmenso caos sin sentido y lleno de basura. Sólo se empieza a entender su potencial de paz haciendo como aquí un intento de descifrar sus trayectorias, a dónde se dirigen y a qué pueden deberse sus cambios de forma y de color.
Al buscar en Google las figuras reproducidas del “Guernica”, aparecen más de 60.000 imágenes, muy repetidas, pero no son más que una pequeña parte de las mariposas mensajeras. Generalmente están reproducidas por un artista de cierto prestigio y se encuentran en una página Web. Hay muchas más imágenes y de gran valor, sin embargo, que internet no recoge, porque están pintadas con rasgos toscos por una mano anónima. Y su vida es muy fugaz pasando pronto a ser considerada mera basura.
En Abril de 1995 en la Audiencia Nacional tiene lugar un juicio acerca de las indemnizaciones que exigen recibir tras 14 años de espera los 20.000 envenenados por haber ingerido algún tóxico que parecía contener el aceite de colza. Unas docenas de personas varias de ellas en sillas de ruedas están plantadas todo el día frente al edificio para exigir justicia y muestran láminas de un plástico que se usa para envolturas mostrando la figura de la mujer con el niño muerto en brazos del “Guernica”.
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La protección de las imágenes del “Guernica”
En Gernika hay solera y tradición en el cuidado y protección de las imágenes del ”Guernica” en sus trayectorias:
Un magnate norteamericano, Nelson Rockefeller quiso comprar el “Guernica”. Picasso se negó a ello pero accedió a que hiciese fabricar un tapiz de lana del mismo tamaño que reconoció como copia auténtica. A la muerte de Nelson Rockefeller en 1985, su viuda lo donó a las Naciones Unidas y quedó instalado en la entrada a la sala de reuniones del Consejo de Seguridad, en la torre de NuevaYork. Justo en esa entrada se hacen las ruedas de prensa y precisamente ahí, el 5 de febrero 2003 se hizo una para que el Secretario de Estado de los Estados Unidos Colin Powell presentase sus pruebas, que resultaron ser falsas, de que Irak contaba con armas de destrucción masiva y exigiese una resolución del Consejo de Seguridad autorizando la guerra. Sin embargo, antes de hacerlo, taparon con un paño azul el ”Guernica” para que no apareciese en el transfondo.
Los supervivientes del bombardeo de Gernika levantaron inmediatamente la voz, haciendo el 8 de Febrero la siguiente declaración pública: “Los Miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han dispuesto que durante su ultimo encuentro el pasado 5 de Febrero se tape el tapiz con el “Guernica” de Picasso que está colgado en su edificio. Está allí precisamente para mostrar bien visible el horror de Gernika y para que así recuerden que su responsabilidad es impedir – en nombre de la humanidad que representan – que nunca más vuelva a producirse. Destapen el cuadro e impidan la guerra.”
El 13 de Febrero asistió Luis Iriondo superviviente del bombardeo de Gernika , al acto de conmemoración del bombardeo de Dresde, en la Frauenkirche. Allí insistió ante televisiones de 12 países “El Guernica es un grito contra la guerra, quítenle la mordaza que le han puesto”
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En 1990, nada más aparecer en dos grandes semanarios alemanes “Stern” y “Der Spiegel” una copia del “Guernica” en anuncios de propaganda del ejército alemán, se elevó desde Gernika una protesta que dirigí, como coordinador del “Centro de Investigación por la Paz Gernika Gogoratuz” a Stoltemberg, Ministro de Defensa Alemán.
“….El Parlamento de Alemania ha adoptado por unanimidad una resolución con la siguiente frase ¨La destrucción de la villa vasca de Gernika fue causada por un bombardeo de aviones de la Legión Condor. Las víctimas de la población civil indefensa invitan a un gesto de paz”
El ejército alemán debe encabezar con esta frase su anuncio. De no hacerlo, usa la imagen de un anuncio sin verdad, sin gusto y sin dignidad. Y el ejército alemán ha de mantener ante todo dignidad y mostrar respeto si quiere hacer propios los valores de la paz en vez de tratar de ostentarlos.
En nombre de las victimas de Gernika exijo del ejército alemán que sólo en este contexto muestre el cuadro de Picasso…”
Meses después quien protesta en una recepción que le dedica el Presidente de Alemania es un gran escritor alemán quien, rompiendo el protocolo, interrumpe la lectura de su novela “El rodaballo” y se dirige a su anfitrión exigiéndole que pida perdón en nombre de Alemania a Gernika por la afrenta de la exhibición del “Guernica”. Ante eso el Ministro de Defensa hizo una declaración comprometiéndose a que su ejército no volviese a anunciarse con el cuadro.